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En 2017, cuando la muerte de su hija cumplía 23 años de estar en la impunidad, Martín Mestre recordó lo que vivió aquel primero de enero de 1994, día en que le dieron la noticia que su hija, Nancy Mariana Mestre Vargas, de 18 años, había recibido un balazo en la cabeza.

Eran entre las 12:30 y 1 de la mañana cuando Martín y su esposa, Nancy Vargas, vieron consciente a su hija por última vez. A esa hora, la joven salió de su casa en compañía de Jaime Enrique Saade Cormane, quien había llegado a recogerla para ir a una fiesta de la familia Malkún.

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'Ese día le dimos permiso porque nos pareció normal que saliera con un pretendiente (…) Aparentemente él (Saade) era muy decente, sino la niña no sale con él. Se mostraba decente, yo más o menos conocía a la familia de él', contó Martín en diálogo con EL HERALDO.

La condición que los padres le pusieron a Nancy fue que regresara a casa a las 3 de la mañana, petición que no pudo cumplir y fue eso, precisamente, lo que alarmó a Martín. El progenitor de la joven se despertó a las 6 a.m. y notó que su hija no había vuelto.

'Le digo a mi esposa: ¡mija, la niña! Y salí a buscarla por todos lados', recordó el hombre.

'Sufrió un accidente'

Martín tomó rumbo hacia la residencia de Jaime Saade, que vivía en un apartamento adjunto a la casa de sus padres, Alberto Saade y Emilia Cormane, en la carrera 49C con calle 85.

Al llegar a la vivienda, en la que se topó con rastros de sangre, fue recibido por Emilia, quien le dijo que su hija había sufrido un accidente y se encontraba en la Clínica del Caribe. El hombre se trasladó al centro de salud, donde se encontró con Alberto.

'El papá de Saade me ha dicho: Martín, tu hija se intentó suicidar y está siendo intervenida quirúrgicamente', contó.

'Solo y desesperado', Martín fue en busca de ayuda y, entonces, acudió a unos cuñados, quienes lo acompañaron a darle la noticia a su esposa, sin saber todavía si estaba viva o muerta.

Al regresar a la clínica –afirmó– se percataron que Nancy estaba desnuda y envuelta en una sábana sucia de arena. Luego supieron que inicialmente la habían tirado en un solar, pero que, por recomendación de alguien, la llevaron al centro de salud. Duró ocho días inconsciente hasta que falleció.

'Como que (Saade) consultó con alguien, entiendo que fue un abogado, y le dijeron que si estaba loco, que cómo la sacaba de la casa y la iban a encontrar en un monte', detalló Martín.

Desde ese mismo día, Jaime Saade huyó y duró 26 años prófugo de la justicia. No se había vuelto a saber más nada del hombre que había recibido la confianza de los padres de Nancy para sacarla de casa en horas de la madrugada y al que la justicia sentenció a 27 años de prisión tras hallarlo responsable de la violación y asesinato de la joven.

Sin embargo, este martes 28 de enero, 26 años después de los hechos, Jaime Enrique Saade Cormane, que ya tiene 57 años, fue capturado por la Policía Federal de Belo Horizonte (Brasil), en cumplimiento de una orden de arresto con fines de extradición. 

'Saade no actuó solo'

El día que atentaron contra la vida de Nancy, Saade habría estado acompañado de otros hombres que, al parecer, participaron en la violación y homicidio. Al día siguiente de perpetrado el crimen –2 de enero de 1994– a la joven le practicaron unas pruebas que arrojaron muestra de frotis vaginal, presencia de espermatozoides, hematomas en la entrada de la vagina, además de golpes en su cuerpo.

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'De los otros (responsables) uno no puede decir quiénes fueron, ni quiénes son porque a uno no le consta, ni hubo forma de probarlo, pero sí había otras personas. Y la prueba está en que se hizo la hemoclasificación de los sémenes y había otro grupo de sangre', indicó Martín Mestre.

Sobre las razones que tendrían Saade y los otros supuestos responsables para acabar con la vida de Nancy, Martín contó que se fueron tejiendo versiones durante todos estos años que ha durado el crimen en la impunidad, y que una de esas hipótesis le llegó por escrito.

'A mí me mandaron una carta donde también decían que ese día mi hija estaba esperando a Jaime Saade, que él subió a su apartamento. Entonces, en vista que no llegaba, ella subió y los encontró a ellos maquillados y besándose, cosas así. Entonces cuando la vieron, dijeron que no la podían dejar ir porque ya ella los había visto. La carta termina con: señor Mestre, a su hija la asesinaron para que no hablara y no dijera que eran homosexuales', explicó el progenitor de Nancy.