Fuera de peligro, pero aún en la UCI de la Clínica Reina Catalina, en Baranoa, permanece Albert Blanquicet Silvero, de 36 años, quien recibió un impacto de bala a la altura del abdomen, en un frustrado fleteo del que fue víctima en la mañana de este lunes en el barrio Villa Clara.
En el hecho Juan Bautista Blanquicet Riquet, de 64 años, padre del hombre herido, falleció a causa de dos disparos que recibió en medio del forcejeo.
Según contó Esther Caraballo a EL HERALDO, su esposo Albert y el padre de este salieron en hacia las 9:30 de la mañana con rumbo a Sabanalarga a retirar 10 millones de un crédito que les había sido desembolsado el miércoles anterior.
'Mi suegro solicitó un crédito para apoyarnos a nosotros en un negocio que tenemos de calzado y lencería y como mi esposo descansó hoy (este lunes), fue que pudieron ir a retirar el dinero. Cuando ha iban llegando a casa de mi suegro, los tipos encañonan a Albert e intentan quitarle el maletín donde tenía el dinero, pero él lo tenía por debajo del chaleco, entonces como no pudieron arrebatárselo le dispararon, mi suegro se metió en la mitad para defender a su hijo y le dieron dos disparos más a él', sostuvo la mujer.
En la zona del ataque quedaron los rastros de sangre de Juan Bautista y Albert Blanquicet, quienes fueron socorridos por los vecinos y llevados al centro asistencial a donde el primero llegó sin signos vitales.
'Él se desplomó cuando intento caminar a su casa y en la caída de golpeó fuertemente la cabeza, ahí quedó enseguida', contó Julio del Castillo, vecino de la víctima.
Según el reporte inicial de la Policía del Atlántico, padre e hijo habían retirado la fuerte suma del banco BBVA en Sabanalarga y la pareja de fleteros los iba siguiendo en el camino de vuelta a casa donde los atacaron.
Esther Caraballo señaló que en la cámara de seguridad de una vivienda vecina quedó registrada la acción criminal, grabaciones que están en poder de la Fiscalía para determinar las identidades de los ladrones.
Sobre Juan Bautista Blanquicet se conoció que hacía ocho meses gozaba de su pensión luego de haber trabajado más de la mitad de su vida en una granja, estaba casado y tenía tres hijos. Tenía más de 30 años de residir en el barrio donde los vecinos lo recuerdan como un hombre 'servicial y amable'.