'Conciliar el sueño con una deuda en la cabeza es difícil, pero que a uno sea el que le deben el dinero es mucho peor', asegura Emilse Molinares de Amado con respecto a las situaciones que ha tenido que enfrentar a lo largo de estos últimos cuatro años luego de caer como víctima en la estafa masiva a través de la firma Global Brokers, en la que el gancho de los ‘remates inmobiliarios’ surtió un efecto abismal.
Molinares recuerda que en febrero de 2015 empezó a sentir algo de 'impaciencia y angustia' cuando se hicieron públicas a través de los medios de comunicación las primeras quejas de clientes en las instalaciones de la empresa Global Brokers y Asociados.
Para esa época, según la mujer, le dijo a su esposo Luis Nelson Amado que se diera una 'vuelta' por la sede de la firma que estaba en el edificio Prado Office Center para ver por qué había tanto alboroto. Así, de acuerdo con Emilse, fue que se dieron cuenta que también habían caído entre las víctimas del fraude luego de invertir en Global Brokers $47 millones, dinero que ella y su esposo habían conseguido con un préstamo bancario.
Hoy, Emilse rememora que a partir de aquel momento Luis Nelson dejó de ser el mismo. Entró en una crisis nerviosa, luego pasó a un estado depresivo permanente que le ocasionó una parálisis facial y, por último, le dio un infarto que acabó con su vida. 'Mi esposo ya va a tener tres años de muerto y esa situación nada que se resuelve', indica Emilse, con relación al proceso que se adelanta en los estrados judiciales barranquilleros contra los ex directivos de Global.
Este testimonio de la mujer es apenas uno de las al menos 500 víctimas que dejó la defraudación que, según las investigaciones de la Fiscalía, gestaron Eduardo Vargas Gómez, Cristian Rymel Yurgaky Rey, Vedel Boneth, Pablo Hutchinson Garrido (fallecido) y su hermana Gloria Hutchinson Garrido.
'En mi caso, mi contrato de compraventa del inmueble en remate que íbamos a adquirir me lo firmó Cristian Yurgaky Rey', apunta Emilse.
Rosiris Rosero, empleada de la Secretaría de Educación Distrital, asegura que también ha vivido un drama a raíz de la pérdida de los 115 millones de pesos que entregó junto con su pareja para hacerse a unos inmuebles en remate que les ofreció la firma Global Brokers en 2013.
'Eso fue como el 6 o el 7 de marzo de ese 2013. Y se reventó todo en 2015, con las denuncias. En mi caso, hice un préstamo bancario para acceder a lo que ofrecía la empresa (Global), pero ni lo uno ni lo otro', asegura la funcionaria.
Rosero dice que a su pareja 'se le disparó la diabetes por la situación, por la preocupación'. Hoy la mujer vive 'arrimada' en la vivienda de su mamá en el barrio El Campito. 'Ellos no saben lo que hicieron, destruyeron cientos de familias', señala con relación a las actuaciones de los involucrados en las estafas.
El mundo Global Brokers
La empresa Global Brokers Asociados S.A. aparecía en la Cámara de Comercio de Barranquilla como una sólida sociedad que tenía en ese momento fijada su duración hasta el 31 de diciembre de 2060 y que su capital activo era de 11.106 millones 608 mil pesos.
Sin embargo, lo que parecía ser una entidad con el suficiente soporte económico para respaldar los 20 objetos sociales por los que fue constituida, que iban desde la importación o exportación de piezas de electrodomésticos hasta ofrecer 'oportunidades de inversión inmobiliaria en el mercado actual por la vía de cesión de derechos de crédito o negociaciones con deudores hipotecarios', tal y como aparecía en su página web, dejó en entredicho su misión por cuenta de las denuncias de las personas que denunciaron las estafas.
En conjunto, los clientes manifestaron haber depositado distintas sumas de dinero en cuentas de la entidad con el fin de obtener una vivienda propia, pero, después de un largo tiempo, no consiguieron la casa prometida ni el dinero invertido.
Eso llevó a que las víctimas denunciaran ante las autoridades sus casos. En sus relatos dijeron que depositaban millones de pesos para hacerse a un 'proceso jurídico' –ofrecido por Global– con el que conseguirían un apartamento 'en remate'. El acuerdo se hacía con la firma de un 'contrato de gestión', el cual tenía de vigencia 180 días. En ese lapso, de acuerdo con los denunciantes, Global asumiría 'la representación jurídica para iniciar, continuar e impulsar la litis (pleito) hasta la diligencia de remate, adjudicación y posterior entrega del inmueble a nombre del solicitante (…)'.
Sin embargo, eso nunca llegaba a realizarse.
¿Y qué paso?
La Unidad de Patrimonio Económico de la Fiscalía, encargada de la investigación, detuvo en 2016 a 12 personas señaladas de los delitos concierto para delinquir, estafa agravada, captación ilegal de dinero y falsedad de documento público. En ese momento, el ente investigador había adelantado tras las denuncias de las víctimas las primeras pesquisas contra Global Brokers y Asociados, de las cual se desprendían otras firmas como Grupo Alianza Empresarial, Grupo Empresarial Aliados y Grupo Constructores Aliados.
En los directivos de estas firmas recaía la responsabilidad del dinero que había depositado los clientes que buscaban una mejor vivienda para sus vidas.
Los detenidos fueron entonces los hermanos Iván Eduardo y Janeth Vargas Gómez; su sobrina Kimberly Hutchinson Vargas; Lourdes María Torres Martínez (fallecida), Carlos Andrés Leal Chávez, María Mónica Montero Castilla, Gina María Martínez Maestre, Manuel Fernando Banquez Corvacho, Ostap Rafael Tapias Artuz, Gloria Hutchinson Garrido, Rudy del Carmen Rodríguez Arias, José Gregorio Pérez Arteaga. Además de Pablo Antonio Hutchinson Garrido (hoy fallecido).
En 2017 cayó Cristian Rymel Yurgaky Rey, señalado cerebro de las estafas junto con Eduardo Vargas. Y aún permanece por fuera de toda investigación Vedel Antonio Boneth García, de quien algunos aseguran se encuentra en el municipio de Pivijay, Magdalena.
De acuerdo con el ente investigador, los engaños mediante falsas ventas de casas y apartamentos en procesos de remate superaron en Barranquilla los $25 mil millones.
El monto, según la Fiscalía, correspondió solo a las denuncias presentadas por víctimas en la capital del Atlántico, sin contar las sumas consignadas por clientes a las sucursales que abrieron en Santa Marta, Cartagena, Valledupar, Montería, Cali y Bucaramanga.
Las muertes
Como Luis Nelson Amado, que perdió la vida de un infarto en medio de la espera de la devolución de su dinero, Mario Castro Oliveros, también falleció en julio de 2016 a sus 83 años de un infarto fulminante, tras enterarse de que había sido estafado por la empresa Global Brokers Asociados S.A.
Castro vendió por $50 millones su vivienda en el barrio Villa Cecilia, en el municipio de Soledad, con la ilusión de comprar otra en remate que le ofrecía Global Brokers en el barrio San José, en Barranquilla, para 'mejorar su calidad de vida'.
Una vez vendió la casa, el hombre se quedó con su familia en la casa de Villa Cecilia, pagando arriendo al nuevo propietario, a la espera de que les entregaran la que habían adquirido, pero pasaban los meses y solo les alargaban los plazos.
'Nos decían que estaban haciendo los papeleos, que teníamos que aparecer en pantalla y después ya se nos negaban. Cuando se destapó el escándalo, tuvimos que hospitalizar a mi papá porque se puso mal y ya le tocaba entregar las llaves de la casa, fue cuando le dijo al nuevo dueño que quedaba con casa y él sin nada, y enseguida le dio el infarto'. 'Murió de pena moral', aseguró un allegado de Castro.
Para ese 2016, la Fiscalía informó que otras dos personas como Castro Oliveros y Luis Nelson Amado, fallecieron al enterarse de que habían sido estafadas por Global Brokers.
Pero no solo las víctimas de este proceso han fallecido. En los registros de las autoridades se tiene que los acusados Pablo Hutchinson Garrido y Lourdes María Torres Martínez murieron en medio de las investigaciones. En el caso de Hutchinson se conoció que falleció a raíz de una enfermedad en el hígado, mientras que Torres Martínez murió luego de que ordenaran su paso a prisión.
Los procesos
La semana anterior, decenas de víctimas del caso pusieron el ‘grito en el cielo’ cuando se enteraron de que el señalado cerebro de Global Brokers, Cristian Yurgaky, le fue otorgada la libertad por vencimiento de términos.
Pese a ello, el acusado no pudo salir de la cárcel Distrital El Bosque, donde permanece desde 2017, debido a un requerimiento judicial que le apareció en Valledupar.
Hoy se adelantan tres procesos en simultánea en juzgados penales de Barranquilla con las personas implicadas en los fraudes de Global Brokers. En uno se encuentran los 11 acusados, antes eran 13, pues murieron Hutchinson y Lourdes Torres. Ese proceso está en el Juzgado Cuarto Penal del Circuito y se encuentra en etapa de juicio, en la entrega de pruebas de los peritos.
Por otro lado, está el proceso que se adelanta contra Cristian Yurgaky Rey en el Juzgado Segundo Penal del Circuito. Ese proceso no se diferencia de nada del otro, pues, según una fuente cercana al caso, Yurgaky Rey está acusado por los mismos delitos que los otros 11 procesados. El caso está en audiencia preparatoria, la Fiscalía expuso sus pruebas, la defensa dio sus pruebas y ahora se espera una decisión del juez del caso. La audiencia está programada para el 18 de febrero próximo.
Y por último se lleva un proceso en el Juzgado Séptimo Penal del Circuito contra Adriana De la Ossa, acusada por los mismos delitos que los otros procesados.
De la Ossa, según la fuente consultada era la directora del departamento de Atención al cliente en Global Brokers S.A. y era quien trataba de 'apagar los incendios' en los medios de comunicación cuando en 2015 empezaron a aparecer los inconformismo de los clientes de la firma.
La mujer decía una y otra vez que el hecho radicaba en un 'desconocimiento' por parte de ellos sobre el 'funcionamiento de la compañía'.
Un grupo de WhatsApp mantiene hoy viva la esperanza de un puñado de víctimas de la estafa masiva descubierta por la Fiscalía General de la Nación y la Sijín de la Policía Metropolitana de Barranquilla luego de numerosas denuncias. Por la plataforma virtual, las personas 'se dan ánimos y alientos' y se programan para asistir a las audiencias. Hoy son como una familia que lucha por dos causas comunes: que les devuelvan el dinero y que los implicados terminen condenados.