Compartir:

César Augusto Arias López era un comerciante caldense que se dedicó, según testigos, a manejar el negocio de préstamo de dinero en un sector de mucho riesgo en materia de seguridad, en el suroccidente de Barranquilla.

Esa osadía la pagó cara: con su vida. A las 7:20 de la noche del martes, cuando regresaba a casa con el dinero recaudado en la ardua jornada, fue interceptado por dos hombres armados que se desplazaban en una motocicleta.

La intención de los sujetos era arrebatarle el maletín en el que cargaba la plata.

Arias López se opuso a la pretensión de los delincuentes, y estos no dudaron en dispararle para lograr su objetivo de apoderarse del dinero. Le propinaron tres balazos, sin importarles la presencia de mucha gente que transitaba por el lugar.

El hombre, de 36 años, fue llevado enseguida al Hospital de La Manga, donde falleció cuando era intervenido.

El homicidio sucedió exactamente en la calle 75A con carrera 22A, barrio Nueva Colombia.

La casa de César Augusto Arias López, oriundo de Manizales, es un predio situado sobre un callejón destapado, de difícil acceso, incluso casi nulo para el ingreso de vehículos. 

La Policía Metropolitana de Barranquilla conoció que los asesinos se desplazaban en una motocicleta Honda Eco Delux, de color negro.

Este medio localizó a los familiares del occiso para conocer más detalles del suceso, pero estos recién llegaban de suelo caldense y se negaron a entregar declaraciones. 

'Apenas vamos llegando, no sabemos qué pasó', dijo uno de los hermanos de Arias minutos después de aterrizar en el aeropuerto de Barranquilla, de donde se movilizaron directamente al Instituto de Medicina Legal para el reconocimiento y entrega del cadáver de César Augusto.