Una de las tareas que cumplió el jueves anterior en su visita a Barranquilla el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, fue indagar sobre casos locales de alto impacto, entre estos el supuesto secuestro del empresario Rodolfo ‘Fito’ Acosta De la Torre y la desaparición y posterior asesinato de la ama de casa Brenda Inés Pájaro Bruno.
Después de entregar detalles de la Operación Acordeón, investigación con varias fases que tiene como fin poner al descubierto las redes de corrupción que se habrían apoderado de millonarios recursos dentro de la empresa Triple A, el fiscal general se reunió en el despacho de la directora seccional de Fiscalía, Ángela María Bedoya, y allí escuchó detalles de ambos casos que llamaron en su momento la atención de los barranquilleros.
Inicialmente, frente al hecho de Acosta De la Torre, la directora seccional mencionó que una 'fiscalía especializada, CTI, Sijín y Gaula están haciendo aportes a esta investigación'.
Ante eso, el jefe del ente investigador escuchó con detenimiento el recuento de la directora.
El pasado viernes 31 de agosto ‘Fito’ Acosta y su esposa Katia Barros fueron abordados a eso de las 7:30 de la mañana por unos supuestos falsos policías en la calle 106 con carrera 53, en el norte de Barranquilla. Ambos habían salido de su domicilio en la calle 85 con carrera 58 en una camioneta Chevrolet Colorado, placas ENN-748, color plateado, y fijaban su rumbo hacia la empresa familiar Alumac, situada en el barrio El Pueblito.
En el punto donde fueron retenidos, según lo que dijo Acosta luego de su aparición espontánea en su vivienda horas después del presunto plagio, es que había caído en un 'falso retén de la Policía' que tenía 'motos activas de la Policía, de las nuevas' y dos de los supuestos agentes que actuaron en el momento 'tenían prendas de la Policía'. Esos supuestos falsos uniformados, según ‘Fito’, lo esposaron y lo llevaron en su propia camioneta blindada hasta un sector de la vía a Juan Mina.
De acuerdo con el relato de Barros, conocido en exclusiva por EL HERALDO, a ambos los ocultaron en una casa del barrio La Pradera y les habrían exigido USD 5 millones por su liberación.
Sobre los supuestos captores del empresario, un grupo denominado la ‘Oficina de Cali’, tal y como lo manifestó la esposa de Acosta en la denuncia interpuesta en la URI de la Fiscalía, se indaga si en realidad existe una banda criminal con ese nombre. 'Eso hace parte de las investigaciones que estamos llevando a cabo', agregó Bedoya.