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La denuncia de una madre angustiada por el consumo de drogas alucinógenas de su hijo menor de edad y la forma como este las conseguía permitió a las autoridades policiales y a la Fiscalía revalidar lo que ya se venía estudiando sobre la evolución del ‘narcomenudeo’ o la venta de estupefacientes en pequeñas cantidades, por lo menos, en los estratos altos de Barranquilla. 

A través de la investigación que derivó de la información de la madre, detectives de ambos organismos pudieron identificar y capturar en junio pasado una red de venta de droga llamada ‘Los Dealers’, que había cambiado el viejo esquema de la ‘olla’ de droga barrial, en la que el adicto acudía para abastecerse, para convertirlo en un perverso negocio de entrega de las sustancias ilícitas a domicilio. Veinte miembros de este grupo fueron detenidos, entre esos Aldo Antonio Jacobs, cantante del género musical gangsta rap conocido como ‘Mostaman’ y oriundo de Willemstad, capital de Curazao.

Esta organización operaba en el norte de Barranquilla y se dedicaban a la elaboración, distribución y comercialización de galletas y brownies de marihuana, los cuales eran vendidos en entornos educativos y fiestas juveniles. Asimismo se dedicaban a la distribución de alucinógenos como el Tussy (2CB o Tucibí), Popper, Lsd, Cocaína, MDMDA Y MD.

Según las pesquisas, ‘Mostaman’ era un permanente visitante del Corredor Universitario y de allí saltaba a colegios de la zona en los que entregaba la droga a sus clientes.  

Es que el viejo sitio de venta de droga, la caleta o ‘olla’ de droga, así como se le llama a las casas que están destinadas al comercio de dosis de alucinógenos, ha terminado extinguiéndose por operativos de la Policía y, lo más importante, porque cada vez es más común que la comunidad las denuncie. 

Años atrás, específicamente en 2013, durante el primer periodo del gobierno de Juan Manuel Santos, una de las órdenes del presidente para tratar de disminuir los índices de criminalidad en las ciudades capitales fue la de acabar con las ‘ollas’ de droga o los puntos de venta de alucinógenos que, tradicionalmente, se habían tomado por décadas sectores populares. 

Además de Barranquilla, el mandatario de los colombianos mencionó que en ciudades como Bogotá, Funza (Cundinamarca), Neiva, Ibagué, Pereira, Armenia, Cali, Cartago, Palmira y Tuluá (Valle); Pasto, Barrancabermeja Cúcuta, Medellín y Rionegro (Antioquia); Villavicencio, Riohacha, Cartagena y Santa Marta, también serían ejecutados los planes de erradicación de ‘ollas’.