Casi cuatro años atrás, la noche del 24 de enero de 2014, un hombre acabó con la vida del reconocido neurólogo guajiro Jorge Daza Barriga. Cuando el médico llegaba a su vivienda ubicada en la calle 80B con carrera 42C, barrio Ciudad Jardín, de Barranquilla, fue interceptado por un sicario que le propinó siete tiros.
Tras cometer el hecho, el homicida se subió a un vehículo que lo esperaba a pocos metros y huyó. El neurólogo fue trasladado por una patrulla de la Policía al Hospital Metropolitano, donde falleció cuando recibía atención médica.
Desde entonces, las autoridades investigan el crimen, sin mayores resultados en cuanto al autor intelectual, si bien se han capturado a cinco personas y condenado a 23 años de prisión al soldado profesional Apolinar Betancur Ramírez, como coautor del delito de homicidio agravado.
Por lo anterior, los familiares de Daza Barriga emitieron un comunicado en el que hacen un recuento del hecho y exigen que avancen las investigaciones que permitan dar con todos los determinadores del crimen.
Este es el comunicado:
'Cuatro años del asesinato de Jorge Daza: un dolor que no cesa en la familia y una investigación que nada clarifica'
Al cumplirse este 24 de enero cuatro años del asesinato en Barranquilla del médico neurólogo e internista guajiro Jorge Daza Barriga, entre su familia ha comenzado a debilitarse la esperanza de que los entes investigativos establezcan y hagan pública la identidad de los autores intelectuales del crimen.
Muy a pesar de que han sido capturados cinco sujetos sindicados de haberse asociado para ejecutar órdenes superiores, lo cierto es que la investigación no ha arrojado resultados positivos en torno a la identidad de los determinadores del asesinato.
La consternación aún reina en amplios sectores regionales, especialmente en La Guajira –concretamente en Distracción, su terruño–, a la espera de que se establezcan plenamente las razones por las cuales se le dio muerte al distinguido médico, investigador y profesor universitario.
A Daza Barriga lo acribillaron cuando se disponía a ingresar a su residencia en el barrio Ciudad Jardín, de Barranquilla y, tras las primeras pesquisas, los entes judiciales no dudaron en informar a la opinión pública que la orden de la ejecución procedía de La Guajira y tenía orígenes políticos.
Aun en medio de la desesperanza que comienza a cobijarlos, su núcleo familiar, sus hermanos y allegados claman por acciones eficaces y eficientes de la Fiscalía General de la Nación para que se aclaren las motivaciones del asesinato y se capture y juzgue a quienes impartieron la orden.
En los círculos familiares y afectivos del neurólogo e internista no deja de cuestionarse la inexplicable decisión de la Fiscalía de rebajar al máximo la condena a los autores materiales del crimen por una supuesta colaboración en el esclarecimiento del asesinato, pero los determinadores siguen cobijados bajo el manto de la impunidad.
La esposa del médico inmolado, Socorro Páez, Cocky, resalta la reciente inmediatez y efectividad de una acción policial para recuperar la fina joya que le había sido hurtada a un miembro de familia distinguida de la sociedad barranquillera, contrastante, precisa, con la parsimonia investigativa para esclarecer plenamente la muerte violenta de su esposo, 'un hombre tan especial'.
Fueron 41 años de unión, 'una unidad inseparable e indescriptiblemente feliz. Siempre fui amada y consentida, fui su reina, su ‘Cocky del alma’, como me decía. Padre amoroso y ejemplar. Crecimos juntos con nuestros hijos y sus estudios de pre y pos grado. Con Jorge, éramos una comunidad de vida y ayuda permanente, recíproca. Y eso sembramos en nuestros hijos, hoy día personas de bien, llenos de amor por los demás. Son mis guardianes y para mi esposo siguen siendo sus ‘tres monitos’, que así les llamaba'.
Desde lo profesional, continúa Cocky, 'un baluarte de lo ético y lo moral. Un profesional que dedicaba medio día –horas de la mañana– al hospital y que atendía 30 pacientes diarios, sin que se afectara su actividad docente de pre y pos grado, la cual siempre realizó. Por la tarde, allí estaba puntual para su consulta privada, tanto al que pagaba como al que no, o al que se presentara sin cita previa. Atendía a todo aquel que llegara hasta donde él en busca de su sabiduría y su mediación para la sanación'.
Para Cocky, el dolor de ausencia ha de persistir por siempre. Y en ese estado, recuerda que 'le dediqué mi vida, desde lo más simple, como era decorarle su consultorio y asistirlo en su presentación personal intachable y perfumada. Hoy evoco la asepsia en la ropa del consultorio que era lavada en casa, las flores que le encantaba tener y los velones para sus ángeles. Mi amado, un creyente, siempre pendiente de cualquier eventualidad'.
Jorge Santiago Daza Barriga, sabio, un hombre bueno que se merecía larga vida por toda la obra social que regentaba. Quien no podía no pagaba y si tampoco tenía para los medicamentos el médico neurólogo internista buscaba la manera de satisfacer tal necesidad. Y no solo aliviaba quebrantos físicos, en especial los relacionados con el dolor, sino que también sabía aplicar bálsamo a las afectaciones del alma.
Hasta la fecha, han sido capturados, como autores materiales del vil asesinato, Apolinar Betancur Ramírez, Breiner Mercado Sarmiento, Gustavo Adolfo Jordán Noriega, alias ‘Chespy’, Luis Vanegas Castro, alias ‘Luismi’; y Amín Contreras Hernández, alias ‘Isaac’.