Con un plan como sacado de una película, dos delincuentes robaron en la mañana de este sábado una sede de un corresponsal bancario de Bancolombia, situada en el centro comercial Miramar, en el norte de Barranquilla.
Los individuos, que hasta ahora no han sido identificados, aparentemente engañaron a la empleada del punto Redy de pagos y servicios con un cinturón-bomba para que entregara el dinero que esta tenía en la caja fuerte del cubículo.
Aunque el supuesto artefacto explosivo terminó siendo solo un cinturón con pilas doble A que estaban pegadas con plastilina, el truco sirvió para desviar la atención de la vigilancia del centro comercial y de las autoridades, que se centraron en los protocolos de evacuación de los clientes y en el llamado de los organismos de rescate.
La historia
El coronel Hugo Molano, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, entregó detalles del caso que llamó poderosamente la atención de cientos de personas, unos presentes en el lugar y otros que se enteraron a través de mensajes de redes sociales.
El oficial informó que la situación arrancó a eso de las 8:30 a.m. con el ingreso de la empleada de la entidad bancaria. Esta abrió como de costumbre el punto, activó la clave de la caja de seguridad y empezó a atender a unas personas que hacían fila a esa hora.
Entre los clientes supuestamente estaban los dos asaltantes que minutos antes le habían amarrado el cinturón a la mujer a la cintura y se lo acomodaron debajo del uniforme. Al parecer, los hombres le hacían señas a la mujer que estaba detrás de un vidrio de seguridad.
'La mujer fue abordada en su casa, ubicada en el barrio San Felipe, y trasladada hasta su punto de trabajo por los hombres que le amarraron el supuesto artefacto explosivo y la amenazaron con hacerlo estallar si no entregaba el dinero', expresó Molano a este medio de comunicación.
Esta versión de Molano coincidió con la entregada por la administración del centro comercial.
Marcela Campo, gerente del recinto, dijo a través de un comunicado que 'bajo amenaza de hacerle daño a su familia –pues al parecer tenían fotografías de sus hijos– obligaron a la mujer a ponerse un cinturón que supuestamente contenía explosivos y, luego de seguirla hasta su puesto de trabajo, le exigieron que entregara el dinero que tenía en caja'.
El monto de lo hurtado hasta ahora asciende a $50 millones.
Versión de testigos
Algunas personas que presenciaron el robo indicaron que los dos hombres se acercaron a la ventanilla de atención y obligaron a la mujer a abrir la puerta trasera del punto bancario.
De acuerdo con las personas, ahí tomaron la bolsa de dinero y huyeron.
Tras el hurto, a eso de las 9:15 a.m., la mujer les habría pedido a los clientes que no se acercaran al cubículo y que llamaran a la Policía. Esta acción alertó a los usuarios y así fue que trascendió la amenaza de bomba.
La gente empezó a correr y otros fueron evacuados por el personal de vigilancia de la empresa Videlca.
Al lugar llegaron bomberos, la unidad de Antiexplosivos de la Policía, un servicio de atención médica AMI y varios uniformados de la institución que acordonaron las entradas.
A través de la línea de Wasapea a EL HERALDO, testigos contaron que al ver la situación, y cuando llegó la Policía, 'todo el mundo salió corriendo. Pensamos que era un simulacro, pero en el centro comercial decían que era una amenaza real'.
La Policía también informó que la empleada bancaria fue sometida a interrogatorios por detectives de la Sijín.
En cuanto a las labores del centro comercial, la administración señaló que una vez se comprobó que el artefacto 'no era más que un señuelo' y que no revestía ningún tipo de peligro, se le permitió a nuevamente el ingreso a los clientes y visitantes, quienes habían sido evacuados por seguridad. A las 10:35 a.m. se reactivó el comercio de los 87 locales y el almacén Olímpica.