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En la calle 10B del barrio 31 de Octubre de Chinú, Córdoba, hay desconsuelo por el asesinato de la patrullera de la Policía Cleida del Carmen Tapia Arrieta, de 25 años, víctima de unos delincuentes en Cali, el pasado viernes, cuando atendía un caso de atraco en la zona céntrica de esa ciudad.

Orlando Tapia Martínez, padre de la uniformada, narra con angustia, en la misma sala donde aprendió a caminar su hija, que ella prefirió ser policía y que tenía el traslado listo para Córdoba, 'porque quería estar más cerca de su familia'.

'Me enteré del caso porque me llamó la dueña de la pensión donde ella vivía en Cali; me dijo que mi hija estaba en una clínica, salí corriendo para la estación, aquí en Chinú, y un agente de la Sijín hizo los contactos y confirmó que era cierto. Sabía que la habían ingresado a cirugía, pero a eso de las 6 de la tarde me llamaron y me dijeron que no había aguantado', narró el padre de la uniformada.

Tapia saca fuerzas de donde no cree tenerlas para recordar que con su hija hablaba todos los días.

'Era costumbre que nos llamara para saber cómo amanecíamos. Esa mañana, a eso de las 10, lo hizo: le dio la bendición a la mamá y se despidió para irse a trabajar', sostuvo el progenitor.

La patrullera chinuana era la tercera de cinco hermanos del matrimonio de Orlando Tapia con Darlys del Carmen Arrieta. Ambos la describen como una 'buena hija', aplicada y obediente desde la niñez.

'Nunca tuve problemas con ella, no me hacía enojar, era una niña linda, pechichona, fue muy apegada a mi' aseguró el padre.

EL HECHO

La Policía informó que la patrullera y un compañero de turno atendían un caso y fueron recibidos a tiros por el parrillero de una motocicleta.

Este último, al parecer, le disparó a la patrullera. La herida que recibió en el cuello fue mortal. El delincuente fue identificado como Hofferman Bernal Melo, de 26 años, natural de Palmira. Este resultó herido en el cuello; el tórax; el abdomen, parte posterior derecha, y la pierna izquierda.

El hombre fue trasladado al hospital San Juan de Dios y le incautaron un revólver marca Ruger con varios cartuchos.

De acuerdo con la información suministrada por la Policía Nacional, el presunto cómplice de este, en condición de discapacidad, identificado como Alexander Quintero Melo, llegó a una clínica con un disparo en el abdomen, manifestando que 'un sujeto se le subió a la moto y lo obligó a que lo llevara y por eso ahora la Policía lo estaba persiguiendo'.

El caso está siendo investigado por la Policía Judicial para precisar la participación de Quintero Melo en el atentado.