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La temida heroína ya no es una droga extraña en Barranquilla, desde hace 10 años las autoridades y las personas que trabajan el flagelo de la drogadicción han notado un aumento lento, pero constante en el número de consumidores de esta sustancia, que en Colombia la producen sobre todo en el Tolima.

Una prueba es que hace tres semanas la Policía desmanteló la banda Los Arencas, que, según las autoridades, comercializaba el 70 por ciento de la heroína que se movía en la ciudad. Esta banda es la primera organización de este tipo que se desarma en Barranquilla.

'El nombre de banda se debe a que sus tres cabecillas son muy delgados, como las arencas. La verdad es que muy pocos traficantes trabajan la heroína porque la consideran una droga problemática, que no es tan rentable y no tiene tanta salida como la cocaína', afirmó un investigador de antinarcóticos que dialogó con AL DÍA.

Agregó que los esfuerzos de la Policía se concentran ahora en evitar que nuevos jíbaros o dealers, como llaman a los expendedores en el norte de Barranquilla, llenen el vacío que dejó la banda los Arenca, que tenía 18 miembros y operaba sobre todo en el norte de la ciudad, en barrios de clase media como El Carmen, San Isidro y San José.

El dragonazo

La Policía calcula que en Barranquilla viven entre 300 y 500 adictos a la heroína, quienes diariamente se gastan entre 10 y 100 mil pesos en esta sustancia, al principio por diversión y luego para evitar el terrible síndrome de abstinencia, que agrupa intensos sufrimientos físicos y psicológicos.

Marco Díaz, de 38 años, hasta hace tres meses era uno de esos adictos. Empezó a consumir heroína entre 2002 y 2003. 'Estaba rumbeando con un amigo, íbamos en su carro y una amiga de él se montó, sacó un papel aluminio y empezó a inhalarla, luego nos ofreció', recordó.

La modalidad de consumo en la que se inició Díaz y que mantuvo a lo largo de toda su etapa de adicción se conoce como dragón y es la más común, ya que para muchos heroinómanos no es tan dañina, ni peligrosa, como inyectarse, ya que con la jeringa es más facil pasarse y tener una sobredosis.

Pegarse un ‘dragonazo’ consiste en apilar la heroína sobre un papel aluminio, quemarla por debajo e inhalar el humo que sube, generalmente ayudándose con un pitillo u objeto cónico.

Actualmente Díaz, quien es artista plástico graduado de la Universidad Javeriana, empezó un tratamiento para dejar la heroína en la Corporación Hogares Crea, en el kilometro 1 de la autopista a Puerto Colombia, después de la Y de los Chinos.

Luego de muchas terapias afirmó que ha entendido que ha perdido la mitad de su vida hundido en una adicción que le ha quitado todo: familia, amigos, trabajo, parejas y oportunidades de surgir y ser feliz.

'La heroína te destruye, te aísla, te vuelve una caricatura patética y triste de ti mismo. La experimentación con las drogas es una gran mentira que muchas veces nos vende la sociedad, pero la verdad es que no te lleva a nada bueno', reflexionó.

Consumo en cajeros

Luis Carlos Silvera, de 25 años, también lucha contra la adicción a la heroína con la ayuda del programa de los Hogares Crea. Lleva un año sin consumir y en pocos meses terminará el tratamiento y tendrá que enfrentar la prueba de fuego: salir a la calle y estar por su cuenta.

Silvera tocó fondo tras sufrir una sobredosis por inyectarse la droga. Después de 12 meses de tratamiento confesó que al principio pensó que no podía vivir ni un día sin la heroína, que conoció una tarde en el parque Sagrado Corazón, un lugar que se han convertido en un punto de microtráfico de drogas en Barranquilla, según la Policía.

Con base en su terrible experiencia Silvera advirtió que un consumidor de heroína suele llevar encima papel aluminio y mechera, y quienes se inyectan cargan cucharas, generalmente quemadas y jeringuillas.

'Los cajeros automáticos, sobre todo los que están en el norte, son usados por muchos adictos para consumir heroína, en ‘dragonazo’ o inyectada, porque ese espacio crea una sensación de bienestar, hay aire acondicionado y no entra brisa', reveló.

Díaz y Silvera coinciden en que consumir cualquier droga implica acercarse a la muerte, pero usar heroína es como pasearse por una autopista con los ojos vendados, ya que la sustancia atrapa al consumidor, lo esclaviza y su vida gira en torno a conseguir dinero para meter.

Muy pocos salen

Ana Patricia Castro De la Cruz, sicóloga clínica egresada de la Universidad del Norte, y quien lleva más de tres años trabajando en Hogares Crea. Reconoce que muy pocas personas logran vencer la adicción a la heroína, y contó que en el pasado se pensaba que no había cura para esta adicción.

Su recomendación para las familias que enfrentan este problema es que busquen ayuda todos, porque sin darse cuenta los allegados se terminan convirtiendo en personas codependientes del adicto y en realidad no le ayudan a salir del problema.

Para Castro De la Cruz no existe un perfil que predisponga al consumo de heroína, se trata más bien de la forma en que cada individuo asume las circunstancias y los golpes de la vida, de acuerdo con su carácter, su formación y los ejemplos de vida que recibe de sus familiares más cercanos.

Dónde buscar ayuda

John Carlos Laitano Durán, director nacional (e) de los Hogares Crea, quien fue adicto al basuco hace 20 años y se rehabilitó siguiendo el programa de este centro de atención a las adicciones, informó que el tratamiento dura 15 meses y la persona debe internarse y pasar por diversas fases.

Al tratamiento de Hogares Crea se puede hacer como particular o a través de las EPS, que tienen la obligación de brindarles atención medica a los adictos a las drogas, quienes actualmente se consideran como personas enfermas. Los teléfonos de contacto de los Hogares Crea en Barranquilla son: 3-579-695, 3-579-828 y 313-708-8285. La sede está en kilometro 1 de la autopista a Puerto Colombia, después de la Y de los Chinos y el correo electrónico hogarcreabq@yahoo.com.