Compartir:

Uniformados de la Policía Metropolitana de Barranquilla permanecen día y noche en la residencia de William Orozco Fernández, el hombre acusado de matar a tres vecinos el pasado sábado por la mañana.

Según los policías, la orden de los superiores es quedarse en el lugar para evitar que ciertos habitantes traten de acabar con la vivienda, situada en la calle 72A con carrera 16 del barrio Villa Estadio, en Soledad, tal como quisieron hacerlo la tarde del lunes, aprovechando que la mayoría de los vecinos se encontraban en el sepelio colectivo de las personas muertas, al parecer, a manos de William Orozco, de 58 años de edad.

Este hombre se encuentra hoy en la cárcel Modelo por decisión de un juez.

Tragedia nos tocó. Salir de la casa y no mirar hacia donde vivían los esposos Herrera Martínez y su yerno es inevitable, dijo Jorge Cervantes.

El hombre tiene su domicilio al lado de donde vivieron los últimos 18 años Fernando Herrera Rico y su esposa, Carmen Martínez Gómez, y el yerno de ambos, Daywer Jhoser Caballero, asesinados por la mañana del sábado, en medio de una discusión con Orozco Fernández.

Cervantes recordó ayer el lamentable hecho en el que sus amigos fueron baleados, según él, por el vecino de la casa al frente de las suyas.

Mencionó que todo empezó con un disgusto de Orozco porque Fernando Herrera puso unas piedras cerca de su terraza, razón por la cual salió y le gritó que no aceptaba que 'le estuvieran ensuciando con basura su parte'.

Herrera, de acuerdo con Cervantes, le contestó a Orozco que aguardara un momento que 'lo que trataba era de mejorar la vía con un poco de cemento que le habían regalado en una construcción cercana'. De acuerdo con Cervantes, tal respuesta sacó más de casillas a Orozco.

Luego, Cervantes señaló que toda esta tragedia pudo evitarse si el hoy encarcelado no toma el revólver que sacó de la casa su hijo. 'Ese señor pudo haber hecho más daños, pues hubo un momento en que el arma se le trabó. Le dio primero a Fernando, después a Daywer y por último a la señora Carmen'.

'Aunque no somos familia, nos ha tocado a todos la dura situación. La gente solo se mira las caras y sigue su camino', finalizó Cervantes.