Decenas de miles de hogares británicos seguían este sábado sin electricidad, mientras que la mayoría de desplazamientos dentro del Reino Unido se veían todavía severamente afectados como consecuencia del devastador paso de la tormenta atántica Eunice.
El mayor temporal en tres décadas dejó el viernes la ráfaga de viento más fuerte jamás registrada en el país (196 kilómetros por hora en la isla de Wight), así como tres muertos por la caída de árboles y objetos, pero también grandes daños materiales cuya evaluación y reparación comenzó hoy.
Se calcula que más de 150.000 hogares seguían sin suministro eléctrico en la mañana del sábado, después de que durante el viernes más de un millón de personas sufriesen cortes en algún momento.
El potente viento en partes de la isla, especialmente en Gales y en el sur de Inglaterra, hizo que el servicio meteorológico británico (Met Office) colocase esas zonas en estado de alerta amarilla, al igual que Escocia por culpa del hielo.
'Se esperan nuevos vendavales en algunas áreas del sur del Reino Unido, que podrían dificultar los esfuerzos de recuperación de la tormenta Eunice', señaló la Met Office.
El servicio reconoció 'la pequeña posibilidad' de que se cierren nuevas carreteras y puentes o de que se produzcan más cancelaciones o retrasos en los desplazamientos por carretera, tren y aire.
Y al mismo tiempo, la Met Office alertó de que los trabajos para restaurar los daños producidos por Eunice podría verse 'obstaculizados' a causa de la inestable situación meteorológico.
Un sector especialmente afectado fue el de los transportes, sobre todo los viajes en tren, que causaron colapsos en las principales estaciones de la capital a causa de los retrasos y las cancelaciones.
Una de las compañías que operan trenes en el suroeste de Inglaterra, la South Western Railway, informó de que al mediodía del sábado más de 40 árboles caídos obstaculizaban el paso en sus vías.
Otro de los principales operadores, la Great Western Railway, señaló también al mediodía que, pese a que 'algunos trenes han comenzado a funcionar', sus servicios iban a continuar 'seriamente perturbados' en toda la red.
Llamamientos a la población
'Esperen alteraciones hoy. Los trenes están mal situados, se están retirando escombros de las carreteras, los aeropuertos van a estar muy concurridos y quizá haya colas en los puertos', dijo en un vídeo el ministro de Transportes, Grant Shapps.
El ministro recordó en su mensaje que el país sigue este sábado en alerta amarilla y que habrá mucho viento, 'pero las cosas van volviendo a la normalidad'.
A juicio de Shapps, el Reino Unido 'está mejor preparado que nunca antes para una tormenta así, que tal vez sucede una vez cada siglo'.
Con el regreso paulatino a la calma, comienzan también las evaluaciones de los perjuicios que ha provocado la tormenta Eunice.
La consultora PwC prevé que las aseguradoras deberán hacer frente a pagos de entre 200 millones de libras (240 millones de euros) y 350 millones de libras (420 millones de euros) por los daños sufridos por hogares, comercios y viajeros.
'Estaba previsto que la tormenta Eunice sería grave y hemos visto las ráfagas más fuertes impactar contra áreas costeras, así como interrupciones de viajes con aerolíneas y operadores ferroviarios que cancelaron vuelos y líneas de tren', señaló en un comunicado Mohammad Khan, responsable de seguros de PwC en el Reino Unido.
Paradójicamente, pese a los importantes desperfectos, el Gobierno británico considera que el país ha tenido 'suerte', ya que el paso del temporal no ha traído grandes inundaciones, como se temía.
'Como estos fuertes vientos no coincidieron con mareas altas, tuvimos un golpe de fortuna, y no vimos las inundaciones que podíamos haber visto en el sur', dijo el ministro de Medioambiente, George Eustice.
Para mañana, domingo, la Met Office mantiene la alerta amarilla en la mitad sur de la isla de Gran Bretaña por vientos y lluvias.