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La entonces vicepresidenta electa de EE. UU., Kamala Harris, pasó muy cerca de una bomba que había sido colocada junto a un banco cerca de la sede del Comité Nacional Demócrata (CND) el 6 de enero del pasado año, el día en que se produjo el asalto al Capitolio, en Washington.

Según informa hoy la cadena CNN, la comitiva de vehículos en la que iba Harris pasó a varios metros de la bomba, y permaneció dentro de la sede del Comité de su partido durante casi dos horas, antes de que se descubriese el artefacto, según indicaron varios funcionarios y personal de seguridad familiarizados con el suceso.

Los detalles sobre la proximidad de Harris al explosivo y el tiempo que estuvo en la zona no habían sido hechos públicos hasta ahora. La cadena asegura que estas revelaciones ponen de manifiesto los fallos de seguridad cometidos durante los citados disturbios en el corazón de la capital estadounidense.

En aquellas horas, las fuerzas de seguridad intentaron responder a múltiples actividades importantes, proteger a políticos destacados y defenderse de decenas de miles de manifestantes desenfrenados que inundaron Washington y tomaron por asalto el Capitolio.

Múltiples fuentes consultadas por CNN coinciden en que Harris llegó a la sede del partido alrededor de las 11:30 (hora local) en su vehículo a través del garaje que llevaba al estacionamiento, cerca del lugar donde la policía descubrió la bomba casera.