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La clase de anatomía es un requisito que todos los estudiantes de medicina deben cumplir para finalizar su carrera. Para algunos, el hecho de diseccionar cadáveres suele ser traumático, sobre todo si se trata de hacerlo con el cuerpo de su mejor amigo.

Así fue como le sucedió a Enya Egde, un joven de 26 años, en la Universidad de Calabar.

Un jueves hace siete años, el estudiante estaba a punto de iniciar la clase de anatomía, en ese momento se encontraba alrededor de las mesas de disección esperando la orden del profesor para descubrir los cadáveres con los que trabarían ese día.

Al alzar la manta, Egde se llevó la inesperada sorpresa de encontrarse con el cuerpo de Divine, su amigo desde hace más de siete años. El joven entró en estado de shock, gritó y salió llorando del recinto.

'Solíamos ir a bailar juntos. Había dos agujeros de bala en el lado derecho de su pecho', comentó el joven a BBC.

Ana, una amiga de Enya, relató que esa mañana había visto un camión de la policía cargada con cuerpos en loa escuela de medicina.

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'La mayoría de los cadáveres que usamos en la escuela tenían balas. Me sentí muy mal cuando me di cuenta de que algunas de las personas pueden no ser verdaderos criminales', dijo Ana al medio.

Una vez que Egde superó el estado de shock en el que se encontraba, informó a la familia de Divine sobre lo ocurrido.

Para sorpresa de él, los familiares de su amigo le contaron que habían recorrido diferentes comisarías en busca de su pariente después que el joven y tres amigos fueran detenidos por unos uniformados cuando regresaban de una fiesta.

El caso de Enya puso al descubierto la falta de cadáveres disponibles en Nigeria para los estudiantes de medicina y la situación que sucede con las víctimas de violencia policial.

Finalmente, la familia de Divine logró recuperar su cuerpo.