Ayesha Basharat se desempeñaba como asistente de salud en un hospital en Inglaterra cuando tomó la tarjeta de una paciente fallecida para hacer sus compras personales.
De acuerdo con las autoridades, la enfermera usó la tarjeta para realizar siete compras de dulces, gaseosas y papas fritas, tan solo 17 minutos después que el médico del hospital declarará la muerte de la señora de 83 años.
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Las cámaras de seguridad grabaron los momentos que la joven de 23 años se encontraba comprando golosinas en las máquinas expendedoras. Sin embargo, su argumento para defenderse de la policía fue que había encontrado el plástico en el suelo y pensó que era la suya.
La investigación inició cuando los familiares de la mujer fallecida se dieron cuenta que entre sus pertenencias faltaba la tarjeta. Pero nunca se imaginaron que la persona que cuidaba a la señora la estaba usando para comparar mecatos.
Ayesha fue hallada culpable por robo y cuenta con dos condenadas de cárcel de cinco meses que cumplirá simultáneamente.