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Palm Beach (EE.UU.). Donald Trump dejó calladamente de ser presidente de Estados Unidos este miércoles en su club Mar-a-Lago de Palm Beach (Florida), a donde llegó poco antes de que el demócrata Joe Biden asumiera la Presidencia en una ceremonia en Washington de la que él estuvo ausente por voluntad propia.

 Acompañado de su esposa, Melania, su hija Tiffany y el flamante prometido de esta, Michael Boulos, Trump, que aún no concedió la victoria de Biden, llegó a Palm Beach siendo todavía presidente a bordo del Air Force One, que había partido de la base Andrews, en Maryland.

En contra de su costumbre, no hizo declaraciones en el aeropuerto y se dirigió directamente a Mar-a-Lago, la mansión convertida en un club privado donde estableció su domicilio particular desde fines de 2019.

No hubo mítines ni tampoco multitudes para darle la bienvenida a Florida, su nuevo hogar, como se esperaba.

Los canales de televisión, incluido Fox News, que fue su fiel seguidor en los cuatro años de su Presidencia, no cortaron la transmisión de la ceremonia de investidura de Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, primera mujer en llegar a ese cargo en la historia de Estados Unidos, para mostrar la llegada de Trump.

'Se equivocan los que escriben el obituario político del presidente Trump', enfatizó el martes a Efe el analista republicano Alfonso Aguilar.

En su última declaración pública como presidente, en la base Andrews, dijo que 'han sido cuatro años increíbles' los de su Gobierno y apuntó al futuro al asegurar que volverá 'de algún modo'.

A lo largo del camino que lleva desde el aeropuerto, situado en West Palm Beach, a Palm Beach, una isla plagada de lujosas mansiones y unida al continente por varios puentes, se apostaron partidarios de Trump con banderas, carteles, gorras y camisetas.

La comitiva no se paró en ningún punto del recorrido, que se hace en unos 13 minutos, y Trump solo saludó a sus seguidores desde el interior del vehículo que lo transportaba.

Algunos de los carteles que llevaban los que acudieron a dar la bienvenida al ahora expresidente eran los mismos de la campaña electoral con los nombres de Trump y de Mike Pence, quien fue hasta ayer su vicepresidente, pero el de este último estaba tachado. Es la manera de los partidarios de Trump de manifestar su descontento por el hecho de que Pence reconociera la victoria de Biden y no accediera a revertir el resultado electoral.

También había personas con camisetas de la organización ultraderechista y supremacista 'Proud Boys' ('Chicos orgullosos'), cuyo líder en Florida, Enrique Tarrío, está preso por incitar a la violencia, así como otros de sus miembros por participar en el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.