El Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, principal lugar de culto judío, se prepara para garantizar un rezo seguro con el regreso de fieles este domingo cuando Israel comienza una desescalada tras un mes de confinamiento.
Con lonas blancas se están delimitando secciones para grupos de un máximo de 20 personas en la amplia plaza, que será como los israelíes podrán volver a rezar bajo las restricciones por la pandemia en lugares públicos.
La prohibición de alejarse más de un kilómetro del domicilio quedará cancelada este domingo, por lo que se espera un regreso masivo de judíos que ya podrán acceder a la Ciudad Vieja, en el este ocupado de la Ciudad Santa.
'Agradezco a los miembros del Gabinete de coronavirus, de todos los sectores políticos, que reconocieron la enorme importancia del Kotel como un lugar unificador y reconfortante de oración durante estos tiempos difíciles para toda la nación judía', declaró el rabino del Muro, Shmuel Rabinowitz.
El venerado Muro, último vestigio en pie de la plataforma sobre la que se erguía el Segundo Templo de Jerusalén -el lugar más sagrado del judaísmo-, ha permanecido abierto durante este mes de confinamiento pero solo podían acceder a él quienes vivían a un kilómetro a la redonda.
Israel iniciará en dos días una lenta desescalada, con la apertura de comercios que no reciben público y de los centros educativos preescolares, y avanzará en el levantamiento de más restricciones si la tasa de morbilidad sigue bajando.
Sin embargo, el cierre se mantendrá en las áreas con alto índice de contagios que el Gobierno determinará este viernes.
Tras casi cuatro semanas de un estricto confinamiento, Israel ha bajado de los 9.000 casos diarios a los poco más de 1.600 que registró este jueves.
La segunda ola de coronavirus provocó un aumento exponencial de los contagios y las muertes, gran parte de ellas en el mes de septiembre. Desde el inicio de la pandemia el país, de alrededor de nueve millones de habitantes, ha registrado más de 300.000 positivos y 2.128 muertes.