Donald Trump recibió en 2016 unos 21 millones de dólares en pagos 'muy inusuales' por parte de un hotel del que era copropietario, una inyección que llegó justo cuando su campaña presidencial se quedaba corta de fondos, según publicó este viernes The New York Times (NYT).
El diario, que ha tenido acceso a declaraciones de impuestos del presidente de Estados Unidos y ya publicó varias informaciones al respecto, señala que estos fondos se dirigieron a través de varias empresas y terminaron directamente en el bolsillo de Trump, aunque se desconoce para qué fueron usados.
El dinero procedía de un hotel de Las Vegas del que Trump es propietario junto al magnate de los casinos Phil Ruffin y, en su mayoría, se canalizó a través de una compañía llamada Trump Las Vegas Sales and Marketing, que previamente había tenido ingresos muy limitados y no disponía de ningún empleado.
Según expertos en fiscalidad citados por el NYT, los pagos -que el hotel dedujo como gastos de negocio- resultan sospechosos dado el historial de esa compañía y el momento preciso en que se produjo la transacción.
Estos apuntan a que si el dinero no se pagó a cambio de verdaderos gastos vinculados al negocio del hotel, su deducción sería ilegal, y que si se usaron para financiar la campaña de Trump podrían ser una contribución electoral no autorizada.
Según el periódico, Trump sufrió importantes problemas de liquidez durante su campaña, que financió él mismo, y en ese periodo vendió cerca de 40 millones de dólares en acciones.
Además, trató de lograr un préstamo del Deutsche Bank, que lo rechazó por temor a que el dinero fuese a parar a su esfuerzo electoral, en vez de a sus negocios.
Después de todo ello fue cuando llegó la sospechosa inyección por parte del hotel de Las Vegas, que Trump controlaba junto a Ruffin, quien contribuyó con un total de 2,5 millones a la campaña electoral y a la inauguración de su socio como presidente.