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La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, pidió hoy a la Organización de Estados Americanos (OEA) poner fin de inmediato a la crisis abierta con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en relación a la dirección ejecutiva de esta última.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, anunció hace dos días que no renovará el mandato del responsable ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, que expiró oficialmente el pasado día 15, a lo que la Comisión respondió denunciando un atentado contra su 'autonomía e independencia'.

Bachelet subrayó precisamente que se debe 'garantizar la independencia, autonomía y eficacia' del órgano especializado en derechos humanos.

Los siete Comisionados de la CIDH habían pedido a inicios de año de forma unánime que se renovara el mandato de Abrao, quien ejercía el cargo desde 2016.

En una declaración emitida por su oficina en Ginebra, Bachelet instó a Almagro, y a la CIDH a actuar de acuerdo con sus declaraciones de que resolverían este desacuerdo a través del diálogo.

'No debería tratarse de una cuestión de reputación personal, de lealtades políticas, ni de pérdida de prestigio. Esto debería ser sobre cómo trabajar para proteger los derechos humanos de cientos de millones de personas en todas las Américas en un momento de crisis masiva', reflexionó Bachelet.

Destacó que la Comisión ha actuado como 'un órgano imparcial muy eficaz y de gran confianza', que su labor es muy apreciada y que, por estas razones, carece de popularidad entre ciertos gobiernos.

La alta comisionada dijo que lo mismo ocurre con la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

'Hasta cierto punto esto es inevitable, si se toman en serio su papel y permanecen verdaderamente independientes y autónomos, incluso de la propia OEA', recalcó.