Compartir:

El Ministerio Público de Panamá acusó ayer a una secta religiosa de torturar y sacrificar a seis niños y una mujer embarazada, cuyos restos fueron hallados en una fosa común de una comarca indígena. 

'Nueve ciudadanos serán imputados en las próximas horas como supuestos responsables de la muerte de siete personas que fueron presuntamente torturadas y sacrificadas', informó la Fiscalía en un comunicado.

Rafael Baloyes, fiscal superior de la provincia caribeña de Bocas del Toro (noroeste), afirmó en el comunicado que 'al parecer se trata de los miembros de una secta religiosa que se dedicaba a hacer ritos, y los cuales se presumen son responsables del hecho'. 

Las autoridades habían informado el miércoles de la liberación de 15 personas que permanecían retenidas y amarradas por una secta religiosa en la comunidad de Terrón, en la comarca Ngäbe Buglé, una zona indígena de difícil acceso en el Caribe panameño, a unos 250 km de Ciudad de Panamá.

El director general encargado de la Policía Nacional, Alexis Muñoz, indicó que los rescatados presentaban lesiones corporales por golpes.

'Estaban tratando como de adoctrinarlos', afirmó Muñoz.

En esta operación policial fueron detenidos 10 presuntos miembros de la secta, uno de ellos menor de edad. El Ministerio de Seguridad Pública identificó al grupo religioso como La Nueva Luz de Dios.

Una fuente cercana a la investigación dijo a la AFP que uno de los arrestados es padre de la mujer embarazada y abuelo de los cinco niños hallados en la fosa.

Dos personas que fueron atendidas recientemente en un hospital habían denunciado que la secta practicaba exorcismos.

Domingo González, testigo de los ritos que logró escapar, contó al canal TVN-2 cómo un hombre golpeó a su propio hijo, al que miembros de la secta habían desnudado previamente.

'Comenzaron a pegarle con la Biblia y con la mano cerrada', relata.