El líder norcoreano Kim Jong Un anunció ayer el final de la moratoria sobre los ensayos nucleares y sobre el test de misiles balísticos intercontinentales y prometió una acción 'impactante' contra Estados Unidos, que reaccionó con moderación.
'No tenemos motivos para continuar ligados unilateralmente a este compromiso', dijo Kim Jong Un a dignatarios del partido gobernante, citado por KCNA. 'El mundo será testigo en un futuro cercano de una nueva arma estratégica que posee Corea del Norte'.
Kim Jong Un declaró en 2018 que Corea del Norte ya no tenía necesidad de tests nucleares y de pruebas de misiles balísticos intercontinentales.
El anuncio de ayer amenaza con echar por tierra los esfuerzos diplomáticos de los dos últimos años. El presidente estadounidense Donald Trump mencionó a menudo que Kim le prometió no efectuar ningún test.
'Nunca venderemos nuestra dignidad', afirmó el dictador norcoreano, prometiendo 'una acción impactante para hacer pagar [a Estados Unidos] el precio del dolor sufrido por nuestro pueblo'.
Para Harry Kazianis, investigador del Center for the National Interest, un instituto con sede en Washington, 'Kim Jong Un juega a un peligroso juego geopolítico'.
Parece poco probable que esta estrategia sea eficaz, porque es muy posible que Washington responda con 'más sanciones, una mayor presencia en el este de Asia y más amenazas de ‘fuego y furia’ en la cuenta de Twitter de Donald Trump'.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su esperanza de que Pyongyang 'no reanude los ensayos nucleares'.
Por primera vez desde 2013, Kim no pronunció su tradicional discurso de Año Nuevo, un momento clave en el calendario de Corea del Norte.