Compartir:

El presidente estadounidense, Donald Trump, pareció el lunes dispuesto a aceptar el desafío lanzado por los demócratas al anunciar que considera 'seriamente' testificar en el marco de la investigación previa a un juicio político en su contra.

Pese a sus declaraciones en Twitter, una comparecencia oral del presidente ante el Congreso durante la fase de investigación del proceso parece improbable, dados los riesgos legales que implica.

La jefa de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, urgió el fin de semana a Trump a testificar y lo instó a no intimidar al denunciante que lanzó la alerta que inició la investigación en el Congreso.

'Aunque no he hecho nada malo y no me gusta darle credibilidad a esta parodia de justicia, me gusta esta idea y, para que el Congreso pueda concentrarse nuevamente (en su papel legislativo), consideraré seriamente' testificar, dijo Trump en un tuit, respondiendo a Pelosi.

Las pesquisas de los demócratas buscan averiguar si el presidente presionó a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, para que investigara al expresidente Joe Biden, un posible rival de Trump de cara a las elecciones de 2020.

Pelosi dijo este lunes en un carta enviada a sus correligionarios que es 'indiscutible' que Trump tuvo un comportamiento inapropiado.

'El presidente abusó de su poder para su beneficio personal, a expensas de nuestros intereses en materia de seguridad nacional', dijo Pelosi.

El mandatario republicano no especificó si tenía en mente alguna forma específica de testificar. El equipo que defiende al presidente podría oponerse a que Trump comparezca ante el Comité de Inteligencia de la Cámara.

Durante la investigación del fiscal especial Robert Mueller para dilucidar si el equipo de campaña de Trump trabajó con los rusos para obtener una ventaja en las elecciones de 2016, el presidente contestó por escrito.

Su colaboración con la investigación solo se produjo después de que sus abogados negociaran los preguntas y en decenas de oportunidades el presidente contestó que no recordaba los hechos.

El informe del fiscal Mueller concluyó que si bien agentes rusos intentaron influir en las elecciones en Estados Unidos, no encontró evidencia de colusión con la campaña de Trump.

 Creciente frustración

Cualquier comparecencia del presidente es potencialmente peligrosa y su tuit podría ser una jugada táctica en su pulso con Pelosi.

El mandatario está cada vez más irritado y frustrado con la investigación en su contra, a la que califica habitualmente como una 'caza de brujas'.

Los demócratas insisten en que durante el proceso se han revelado comportamientos que corresponden con los cargos de soborno y de abuso de poder.

Esta semana hay convocados nuevos testigos ante el Comité de Inteligencia de la Cámara, donde son interrogados tanto por los demócratas como por los republicanos.

Aunque la acción se desarrolla en el Congreso, a pocas cuadras de la Casa Blanca, Trump sigue de cerca el proceso y el viernes tuiteó con virulencia contra uno de los testigos.

La exembajadora estadounidense en Ucrania Marie Yovanovitch dijo a los legisladores que había sido destituida de su cargo abruptamente en el momento en que supuestamente se desarrollaron las presiones.

En medio del testimonio, Trump dijo que en todos los lugares a donde fue enviada la diplomática las cosas marcharon 'mal'.

Estas declaraciones causaron consternación durante la audiencia. Yovanovitch calificó las palabras del presidente como 'muy intimidantes'.

Trump y quienes lo apoyan argumentan que las acusaciones contra él hasta ahora no han sido sustentadas por los testigos que han comparecido.

Esto puede cambiar, sin embargo, este miércoles cuando el embajador estadounidense ante la Unión Europea, Gordon Sondland, sea interrogado.

Sondland estaba en contacto directo con Trump en el momento en que sucedieron los intercambios con las autoridades ucranianas y supuestamente jugó un papel clave en los esfuerzos impulsados por un círculo cerrado cercano a Trump para obtener información comprometedora sobre Biden.

La Cámara de Representantes, donde los demócratas son mayoría, probablemente va a votar a favor de que Trump sea sometido a un juicio político. Pero el Senado, encargado de dirimir la culpabilidad del presidente y controlado por los republicanos, previsiblemente sepultará el proceso de destitución.

Sin importar el resultado, Trump quedaría como el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en encarar un juicio político, lo que puede tener consecuencias impredecibles de cara a las elecciones de 2020.

Una encuesta publicada este lunes reveló que un 51% de los estadounidenses considera que Trump debería ser sometido a un proceso en el Congreso y destituido, mientras que un 6% está a favor del juicio político, pero sin apartarlo del cargo.