Manifestaciones violentas en Cataluña, exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, fortaleza de la extrema derecha, fragmentación e inestabilidad política. Éstas son las claves de las elecciones legislativas de este domingo en España, las cuartas en cuatro años.
Disturbios en Cataluña
Después de años presumiendo de su carácter pacífico, el separatismo catalán experimentó un giro con los disturbios en Barcelona y otras ciudades de la región, después de que el Tribunal Supremo dictara elevadas penas de cárcel contra nueve líderes independentistas implicados en el intento de secesión de 2017.
Elisenda Paluzie, líder de la influyente asociación secesionista ANC, valoró que las imágenes de las barricadas ardiendo y las cargas policiales 'hacen visible el conflicto' a los ojos del mundo.
En nombre de la 'templanza' y la 'proporcionalidad', el presidente saliente, el socialista Pedro Sánchez, se negó a tomar medidas extraordinarias, como le exigía la oposición de derecha, Partido Popular y Ciudadanos. Aunque ha endurecido su discurso hacia el separatismo, tachándolo de 'reaccionario'.
El factor Vox
La inestabilidad en Cataluña tiene, según los sondeos, un beneficiario: el partido de extrema derecha Vox, que en las legislativas de abril entró en la cámara baja del Parlamento con 24 diputados, de un total de 350.
De acuerdo con varias encuestas, esta formación que propugna suspender la autonomía catalana e ilegalizar los partidos y asociaciones secesionistas podría pasar de ser la quinta fuerza política a ser la tercera.
La irrupción de Vox ha sido una de las grandes novedades en un país que hasta ahora no tenía ningún partido significativo de extrema derecha, y ha reconfigurado el mapa del conservadurismo español.
Gracias al apoyo parlamentario de Vox, PP y Ciudadanos gobiernan en coalición las regiones de Andalucía, Madrid y Murcia, y controlan también el ayuntamiento de la capital.
Pablo Fernández Vázquez, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Pittsburgh, matiza que 'el bloque de la derecha tiene mucha dificultad para pactar' fuera de sí mismo, por lo que sólo lograría gobernar España en el improbable caso de que sumara mayoría absoluta.
Franco
Sánchez se anotó un tanto al exhumar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, el mausoleo donde descansaba desde su muerte en 1975, para reinhumarlos en un discreto panteón de la familia.
Los socialistas destacaron como un hito histórico la exhumación, lograda al cabo de una larga batalla judicial con los nietos del dictador.
No obstante, Fernando Vallespín, politólogo y expresidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, público), cree que no pesará apenas en los comicios y que por tanto 'no va a tener el efecto que el gobierno, optimisticamente, pensaba que iba a tener'.
Fragmentación creciente
El tradicional bipartidismo PP-PSOE voló por los aires en 2015, y desde entonces la fragmentación no ha hecho más que acentuarse.
En el campo conservador concurren tres partidos: Ciudadanos, Vox, y un PP en fuerte ascenso que según Vallespín tiene la 'posibilidad de contar con el voto útil de la derecha', fortalecida en general por la crisis en Cataluña.
En la izquierda, otros tres: PSOE, Podemos y Más País, una escisión del partido de Iglesias encabezada por su ex número dos Íñigo Errejón.
En el campo del independentismo catalán habrá también tres listas, ya que a la formación Juntos por Cataluña, promovida por el expresidente regional Carles Puigdemont, y a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se suma ahora la CUP, de extrema izquierda.
Inestabilidad
Con la política española sumida en una lógica de bloques, los sondeos vaticinan el riesgo de una nueva situación de parálisis, en la que no sumarían ni PSOE, Podemos y Más País, por un lado, ni PP, Ciudadanos y Vox, por otro.
Los nacionalistas catalanes que podrían obtener más de 20 diputados, aunque los socialistas no buscan su apoyo.
El remedio in extremis podría venir de una abstención del PP, para permitir que Sánchez sea investido y arranque la legislatura, aunque los 'populares' no quieren hablar de ello en público.
El PSOE 'tiene que llegar a algún tipo de acuerdo con el PP', apunta Vallespín. 'Tendrán que esforzarse más por negociar una investidura', abunda Fernández Vázquez refiriéndose a los socialistas.