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Los países europeos alzaron la voz este viernes, en vísperas del G7 en Biarritz, frente a los incendios que asolan la Amazonía, y el presidente francés Emmanuel Macron, que preside la cumbre, acusó a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro de haber 'mentido' sobre sus compromisos medioambientales.

'Teniendo en cuenta la actitud de Brasil de las últimas semanas, el presidente de la República constata que el presidente Bolsonaro le mintió en la cumbre (del G20, ndlr.) de Osaka', declaró la presidencia francesa, que considera que 'el presidente Bolsonaro decidió no respetar sus compromisos climáticos'.

Frente a 'la inacción de Jair Bolsonaro frente al cambio climático, incluyendo los incendios', Francia dirá 'no' al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, añadió el Elíseo, y anunció que el G7 prepara una respuesta 'concreta' al fuego que consume la selva tropical.

Francia, donde hay gran oposición entre ecologistas y agricultores a este pacto, había condicionado este acuerdo a que Brasil respetara ciertos compromisos medioambientales.

Brasil se invitó a la cumbre del G7 después de que Emmanuel Macron solicitara el jueves que los incendios en la Amazonía brasileña, a los que tildó de 'crisis internacional', fueran tratados en la cita que se celebra este fin de semana en la cumbre de Biarritz (sudoeste de Francia).

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Pero esto les valió la crítica de su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, quien estimó en un mensaje en Twitter que discutir este tema en ausencia de Brasil demostraba una 'mentalidad colonialista fuera de lugar en el siglo XXI'.

En otro mensaje, el presidente ultraderechista lamentó que 'Macron busque instrumentalizar una cuestión interna de Brasil y otros países amazónicos' y denunció 'el tono sensacionalista con el que se refiere a la Amazonía'.

 Dirigentes en las antípodas

La magnitud de los incendios que asolan la Amazonía - más de 2.500 nuevos incendios en 48 horas - inquieta a toda la comunidad internacional. El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que son 'una crisis internacional', mientras que la canciller alemana Angela Merkel llamó a que esta 'emergencia grave' ocupe un lugar destacado en la agenda del G7.

Esta cumbre se anuncia eléctrica, con dirigentes situados en las antípodas sobre los desafíos mundiales y un gran despliegue policial frente a los opositores a la cumbre y el riesgo de disturbios.

Emmanuel Macron, anfitrión este año de la tradicional recepción de las siete grandes potencias democráticas e industriales, deberá desplegar sus dotes diplomáticas para alinear a sus pares, entre la cena de apertura el sábado y la rueda de prensa final el lunes por la tarde.

Desde Irán al comercio, pasando por el Brexit, las fracturas se multiplican entre un presidente estadounidense, Donald Trump, imprevisible y ya en campaña para su reelección, un nuevo primer ministro británico provocador, Boris Johnson, y los otros cinco líderes (Francia, Alemania, Japón, Italia, Canadá).

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Macron eliminó del menú la declaración final, presintiendo el peligro tras el giro inesperado de la precedente cumbre en Canadá, donde Trump rechazó firmar las conclusiones que sin embargo había aceptado.

Adiós a 'esos comunicados que nadie lee, que son el resultado de interminables querellas burocráticas', indicó ante la prensa presidencial.

Con lo que se vuelve a las 'discusiones informales', en el centro del G7 iniciado por el francés Valéry Giscard d'Estaing en 1975, tras la primera crisis del petróleo.

Multilateralismo debilitado

Casi 45 años después, los Siete están enfrentados por un multilateralismo debilitado, la emergencia de nuevas potencias como China o un nacionalismo en auge en las democracias occidentales.

Francia, decidida a erigirse como mediador, no pierde la esperanza de lograr obtener algunas concesiones de Trump sobre el programa nuclear iraní, cuestión espinosa que amenaza con incendiar Oriente Medio.

'Lo que espero de Estados Unidos y de la discusión en el G7, es una aclaración sobre la estrategia' para desbloquear a los iraníes, declaró Macron.

En un intento por salvar el moribundo acuerdo nuclear, el presidente francés recibió el viernes al diplomático iraní Mohammad Javad Zarif.

Las propuestas de Macron 'van en la buena dirección', explicó Zarif en entrevista exclusiva a la AFP, pero 'claramente hay que seguir trabajando', añadió.

Trump ha reprochado a Macron hablar demasiado 'por Estados Unidos'.

Francia pretende también presentar resultados concretos sobre algunos temas como la 'lucha contra las desigualdades', tema oficial de la cumbre, extendiendo las discusiones a los dirigentes de 'potencias de buena voluntad' como India, Australia, Sudáfrica y Chile.

Rusia, excluida de este foro desde que anexionara Crimea en 2014, podría ser también sujeto de debate. Trump aboga -en contra de sus pares- por su reintegración. 'Es más sensato tener a Rusia' dentro, aseguró el martes.

Durante tres días, los líderes mundiales se reunirán en el Hôtel du Palais, lejos de la sociedad civil a la que dicen escuchar, y en el elegante balneario de Biarritz, punto de encuentro de la realeza del siglo XIX.

Más de 13.000 policías y gendarmes serán desplegados en toda la región, donde una gran concentración de opositores a la cumbre hace temer disturbios el sábado desde Hendaya a Irún (España).