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El clima este miércoles de Washington, marcado por claroscuros, reflejaba la atmósfera que se respiraba este año en la celebración en el Pentágono del mes del Orgullo LGBT debido a las constantes embestidas del Gobierno del presidente Donald Trump contra una parte de esta comunidad: los transexuales.

'Es duro, por eso no he venido de uniforme. No lo he traído porque nuestro comandante en Jefe (Donald Trump) ha dicho que las personas trans somos deficientes y ya no somos bienvenidas en el Ejército. Así que ya no siento el mismo orgullo por este uniforme', lamentó la capitán Jennifer Peace en declaraciones a Efe.

A pesar de su decepción, Peace, que fue la primera persona trasngénero en comandar una unidad de las Fuerzas Armadas estadounidenses, no quiso perderse este martes la ya tradicional celebración anual que tiene lugar en la sede del Departamento de Defensa.

Lejos de la algarabía de otros años, el patio central del Pentágono no fue hoy escenario de actuaciones musicales ni de mensajes de celebración por lo logros alcanzados desde que la cartera de Defensa puso fin a la política de 'no preguntes, no cuentes', hace ya ocho años.

Por contra, se pudo sentir un ambiente de camaradería y de ganas de hacer frente a la reciente decisión de la Casa Blanca de rechazar que personas transgénero puedan alistarse en las Fuerzas Armadas, una situación que muchos ven como un claro retroceso.

Una de las voces más críticas con esta medida presentes en el evento fue la de la senadora demócrata Tammy Duckworth, una veterana de la guerra y una de las legisladoras más respetadas del país por su valor en combate, que le costó perder sus dos piernas cuando el avión que pilotaba fue derribado en Irak hace quince años.

'Cuando me estaba desangrando en aquel avión no me importaba si quienes arriesgaban sus vidas para salvarme eran homosexuales, heteros, transgéneros, negros, blancos, hombres o mujeres. Lo único que me importaba era la bandera de los Estados Unidos en su hombro', reflexionó Duckworth.

La senadora por Illinois no tuvo reparos en calificar la nueva política del Gobierno de 'cruel' y 'peligrosa', ya que, según dijo, el Ejército estadounidense 'es más fuerte gracias a la gente que sirve en él, sin importar a quién amen'.

Desde su entrada en vigor, el pasado 12 de mayo, el Departamento de Defensa ha insistido en que su nueva política no es una prohibición a la presencia de personas transgénero en las Fuerzas Armadas, sino que solo impide que se enrolen aquellos que sopesen someterse a una operación de cambio de sexo.

El Gobierno alega que financiar este tipo de cirugías supone una carga económica y que la convalecencia que conlleva lastra la capacidad de acción de las tropas, argumentos que han sido rebatidos por diversos informes elaborados por distintas instituciones, algunas de ellas próximas al Pentágono.

La capitán Peace insistió en que todos los argumentos esgrimidos por la Administración hasta la fecha son 'inexactos, falsos y mentiras' y lamentó que su país haya optado por 'denigrar' a los cerca de 15.000 militares en activo que, como ella, se definen como personas transgénero.

El coronel James Hatt, también presente en la ceremonia, comentó a Efe cómo los detractores de la presencia de trans en las Fuerzas Armadas se aferran también a viejos argumentos, como el impacto en la moral de las tropas, que en el pasado fueron utilizados contra personas que, al igual que le ocurrió a él, se vieron obligadas a ocultar su homosexualidad durante años.

'El mayor reto eran las credenciales de seguridad, porque lo miraban todo, así que cada entre cinco y siete años, vivía absolutamente aterrorizado durante unos seis meses por temor a que alguien lo descubriera. Habría supuesto el fin de mi carrera', confesó Hatt.

Este coronel de la Fuerza Aérea consideró que el progreso siempre se produce con 'grandes pasos hacia adelante, seguidos en ocasiones por pasos atrás' y reconoció que, al margen de quien ocupe la Casa Blanca, siempre existe el miedo de que se produzca un retroceso que pueda poner fin a la mayor aspiración que sienten miles de ciudadanos: servir a su país.