Estados Unidos entró ayer en su primer mes de parálisis presupuestaria por falta de acuerdo entre el Congreso y la Casa Blanca, que exige construir un muro en la frontera con México, con magras expectativas de salir de la crisis que lastra la primera economía mundial.
Desde el 22 de diciembre, una parte del gobierno federal está en parálisis por el pulso entre la oposición demócrata en el Congreso y el presidente Donald Trump, que se niega a firmar cualquier ley presupuestaria que no incluya una partida de 5.700 millones de dólares para erigir un muro en la frontera con México.
El pasado sábado Trump ofreció a los demócratas dar un estatuto de protección a cerca de un millón de migrantes amenazados por la deportación: los ‘dreamers’, jóvenes que entraron a Estados Unidos de forma ilegal cuando eran niños acompañando a sus padres, y a los beneficiarios de programas de protección temporal (TPS).
La líder de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, respondió acusando al presidente y a los republicanos que controlan el Senado de tener a los estadounidenses como ‘rehenes’.