Una semana de homenajes nacionales a la figura del senador John McCain, 'héroe' de guerra y dos veces candidato presidencial de Estados Unidos, tuvo un final solemne este domingo, cuando los restos del veterano político fueron llevados a la Academia Naval de Annapolis.
McCain murió el 25 de agosto a los 81 años en su rancho de Arizona, donde luchó durante más de un año con un cáncer de cerebro. El senador deseaba ser enterrado en el cementerio de la Academia, cerca de Washington, donde se graduó como oficial en 1958.
'Héroe estadounidense', hijo y nieto de almirante, fue prisionero y torturado en la guerra de Vietnam, antes de iniciar una carrera de 35 años en el Congreso, donde defendió una tradición de civilidad y marcó a la política estadounidense más allá de las barreras ideológicas.
Cientos de personas, varias portando banderas estadounidenses, acudieron a la caravana funeraria que lo trasladó de Washington a Annapolis, la capital de Maryland.
'Es solo alguien que admiramos', declaró Sam Smith, un empleado federal retirado de 71 años, al diario local Capital Gazette. 'Siempre fue un campeón del pueblo', señaló.
Estaba prevista una ceremonia religiosa en la capilla de la Academia, donde el general retirado David Petraeus, su amigo personal, tenía previsto pronunciar un discurso. También se espera que sea enterrado al lado de su viejo amigo, el exalmirante Chuck Larson.
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El entierro concluye una semana de ceremonias y homenajes a la memoria de McCain, candidato republicano a presidencia en 2008 vencido por Barack Obama.
Las ceremonias fueron primero en Arizona, donde inició su carrera política después de que se retiró de la Marina, luego en el Capitolio, sede del Congreso en Washington, y finalmente en la catedral de la capital Federal el sábado para los funerales nacionales.
Los expresidentes George W. Bush y Barack Obama le rindieron un fuerte homenaje, celebrando su capacidad para sobrepasar las diferencias políticas, contrariamente al actual mandatario Donald Trump, quien fue el gran ausente en estas ceremonias.
John M. McCain dijo que no quería que el inquilino de la Casa Blanca asistiera a sus exequias, un recordatorio final de la mutua antipatía que existió entre los dos políticos.
Como señal de esta enemistad, Trump salió el sábado de la Casa Blanca para jugar un partido de golf en Virginia, al mismo tiempo que se desarrollaban los funerales.