Compartir:

El Ministerio de Cultura de Perú anunció este viernes que enviará a 'brigadas especiales' y drones teledirigidos a inspeccionar los 5.000 kilómetros de dunas y desiertos del trayecto del Rally Dakar-2019 para evitar riesgos al patrimonio arqueológico.

'Se ha formado un equipo especial que hace un seguimiento de la actividad (Dakar). Son miles de kilómetros que tenemos que proteger, ya tenemos las primeras rutas', dijo la ministra de Cultura, Patricia Balbuena, en una reunión con la prensa extranjera.

Balbuena explicó que el Ministerio activó brigadas que trabajarán tres meses antes de la carrera, que parte el 6 de enero desde Lima, para ver el trayecto con el apoyo de drones que tomarán fotografías.

'El dron lo que hace es tomar fotos para reportar si hay algún tipo de resto (arqueológico) en lo que nosotros no vemos, eso hace que los equipos vayan adelantado su trabajo', comentó Balbuena.

Pese a estas promesas, hay personas que prefieren que Perú se margine del Rally. Uno de ellos es el ingeniero y activista Klaus Hönninger, quien argumentó que puede causar daños 'muy graves' al patrimonio arqueológico y paleontológico en los desiertos del sur del país.

La ministra indicó que las brigadas de especialistas colocarán señalización en las áreas protegidas para evitar el ingreso de los vehículos en competencia.

'Si tenemos todos los candados posibles, no se podría registrar daños al patrimonio', aseguró Balbuena.

En las ediciones 2012 y 2013, los vehículos del rally Dakar y espectadores causaron daños a esqueletos de mamíferos de gran tamaño, sobre todo ballenas, tiburones y delfines fosilizados en la región sureña de Ica, denunciaron especialistas.

 De Lima a frontera con Chile

En sus 5.000 kilómetros -el 70% de ellos en arena- el Dakar-2019 recorrerá Lima y las regiones sureñas de Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna, esta última fronteriza con Chile.

Será la primera vez que el Rally se corra en un solo país. La etapa más dura para cada auto y camión será el maratón de 370 kilómetros entre Arequipa y Tacna, en la quinta jornada de la competencia (10 de enero), dijo la empresa francesa Amaury Sport Organisation (ASO), organizadora del Rally.

La ministra peruana del Ambiente, Fabiola Muñoz, también dijo a la AFP que 'las áreas protegidas están fuera de la ruta' del Rally 2019, cuya meta también será Lima.

La capital peruana fue la meta del Dakar en 2012 y la largada en 2013 y 2018, en las tres ocasiones en las que Perú fue parte de su trazado, en medio de reclamos de arqueólogos y ambientalistas.

Pese a las críticas, el Dakar parece atractivo para otros países sudamericanos, pues hay interés de Chile de volver a acogerlo y de Ecuador de sumarse por primera vez en 2020, según dijeron fuentes ligadas a la competencia a la AFP.

 Casi es cancelado por austeridad

La carrera motorizada 'más dura del mundo' -que desde 1978 se desarrollaba en África y por amenazas terroristas se mudó a Sudamérica en 2009- se disputará por primera vez en un solo país tras las deserciones de Argentina y Chile por políticas de austeridad y la falta de acuerdo con Bolivia.

La anterior edición, en enero pasado, salió de Lima y atravesó Bolivia antes de acabar en Córdoba, Argentina, tras 14 etapas.

'En Perú hay potencial para armar un recorrido de alta calidad (...). Estamos más que contentos con que sea 100% peruano y 100% dakariano porque es un terreno fantástico. Estamos en el ADN de la disciplina con el desierto peruano', dijo recientemente el director de la carrera, Etienne Lavigne, al diario limeño El Comercio.

Perú confirmó el 28 de junio que el Rally podría realizarse en su territorio, luego de haber estado en duda por políticas de austeridad.

El presidente peruano, Martín Vizcarra, dio la luz verde al Dakar en mayo, pero luego titubeó ante la urgencia de recortar el gasto público.

Después de reclamos de 24 pilotos peruanos -y de evaluar el daño a la imagen del país que causaría la cancelación de la carrera- Vizcarra dio el visto bueno a pesar de que su gobierno debe desembolsar unos 25 millones de dólares, según medios locales.

Seis millones van a la empresa organizadora, pero hay gastos adicionales en infraestructura, seguridad y logística.