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'Fumar no es bueno para la salud', le dice un vendedor, con una gran sonrisa, a un cliente de un 'coffeeshop' en París, mientras le tiende un paquete de hierba con fuerte olor a cannabis, que oficialmente debe ser consumida en forma de té o suplemento alimenticio.

Joaquim Lousquy, abrió a principios de junio 'Cofyshop', una pequeña tienda en pleno centro de París, gracias a una laguna en la legislación francesa. Asegura que sus productos son legales ya que contienen menos de 0,2% de THC, la sustancia psicotrópica contenida en la marihuana.

Las mezclas 'Swiss Cheese', 'Lemon Kief' o 'Northern Lights', vendidas en esta tienda por 30 euros los 2,3 gramos, están hechas a base de cannabidiol, uno de los dos componentes cannabinoides más importantes de la planta de cannabis, también conocido como CBD.

Esta sustancia, que proporciona solo cierta relajación, es legal 'en la dieta humana', según una nota publicada el 11 de junio por la Mieca (Misión interministerial para la lucha contra las drogas y el comportamiento adictivo).

En este 'Coffeeshop' parisino, al igual que en muchos otros que han abierto en toda Francia, no está permitido fumar cannabis, a diferencia de los 'coffeeshops' de Amsterdam. 'No fumar', se puede leer en los paquetes de hierba a la venta.

Pero, al mirar la fila de espera de tres cuartos de hora frente a la boutique, las pipas y los papeles para enrollar que se exhiben detrás del mostrador, queda claro que muchos de los compradores vienen a comprar hierba para fumarse un porro.

'¡Huelan, el olor es genial!', afirma Ronald (nombre modificado), que no esconde su alegría al entrar a la tienda, ubicado en un barrio a la moda de París.

Este dentista de 37 cuenta que se 'fuma un porro o dos de vez en cuando, sobre todo los fines de semana' para 'relajarse'.

'Cuando fumo lo que compro en el mercado ilícito, los labios se me ponen morados, me vuelvo estúpido, me siento en el piso de la calle incluso si llueve', confiesa, avergonzado.

Pero en esta tienda encuentra productos que le dan un 'pequeño zumbido mágico' similar al que sentía 'cuando era joven'. 'Están menos cortados y tienen menos efectos psicotrópicos', afirma.

 'Laguna en la ley'

Francia es uno de los mayores consumidores de cannabis en Europa: el 22% de las personas de 15 a 34 años fumaron en 2016 al menos un porro, de acuerdo a un estudio reciente sobre el tema.

Según una encuesta, el 51% de los franceses está a favor de una legalización limitada, siguiendo una tendencia mundial de legalización. El Parlamento canadiense aprobó esta semana la legalización del cannabis, por lo que este país del G7 se convierte en el primero de este grupo a autorizar su producción y consumo pleno.

En Francia, el gobierno anunció en enero el fin de la penalización automática del consumo de cannabis, dando prioridad a multas de entre 150 y 200 euros.

Pero no se plantea una legalización general. La ministra de Salud, Agnès Buzyn, advirtió que sus servicios aclararán esta 'laguna en la ley', según sus palabras, que permitió la apertura de estos 'coffeeshops' para la alegría de los 700.000 fumadores diarios de cannabis en Francia, según cifras oficiales.

A la pregunta '¿cerrarán estos coffeeshops en unos meses?', la ministra respondió: 'Creo que cerrarán'.

La justicia francesa abrió una investigación preliminar el 11 de junio sobre la tienda 'Cofyshop', cuyo propietario recientemente fue noticia al abrir en París el primer 'burdel' donde muñecas de silicona ofrecen sus 'servicios'.