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 La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró el viernes que la 'posición común' de los países europeos del G7 es oponerse al retorno de Rusia al bloque, debido a la falta de 'avances sustanciales' sobre el tema de Ucrania.

'Estamos de acuerdo en que un regreso de Rusia al G7 no es posible a no ser que se hagan progresos sustanciales en relación al problema de Ucrania. Es la posición común', dijo Merkel al margen de la cumbre del G7 en Quebec, Canadá.

Y fue el presidente Donald Trump quien agrandó la brecha entre Estados Unidos y sus aliados occidentales con el inesperado pedido de reintegrar a Rusia al Grupo de los Siete, previo a su arribo a esta sede.

Mientras los líderes de las mayores democracias industrializadas del mundo comenzaban a reunirse, gobernantes europeos advirtieron que la postura de Trump amenaza el orden mundial liderado por Occidente.

Ya furiosos por las posiciones de Trump en materia de comercio, cambio climático y la cuestión de Irán, el G7 sufrió una grieta en su unidad contra las agresiones de Rusia.

Antes de abordar el avión que lo trajo a Canadá, Trump instó a que el grupo vuelva a tener el formato de G8 que tenía antes de excluir a Rusia en 2014.

'Deberían dejarla volver porque debemos tener a Rusia en la mesa de negociaciones', dijo Trump.

El caso de ucrania. Tras anexar la región ucraniana de Crimea, Rusia fue expulsada de ese club de naciones ricas, que se considera a si mismo como garante del orden político y económico mundial.

La idea fue inmediatamente rechazada por los jefes de gobierno de Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia, dijo la Presidencia francesa.

'La posición europea no es por un retorno de Rusia', dice un comunicado emitido tras una reunión entre Emmanuel Macron, Angela Merkel, Theresa May y Giuseppe Conte.

Conte se había declarado a favor de Trump, pero apoyó finalmente a sus pares europeos, quienes a cambio le concedieron abrir canales de diálogo con Moscú.

'Es evidente que el presidente estadounidense y el resto del grupo sigue en desacuerdo en materia de comercio, cambio climático y el caso Irán', dijo Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.

'El orden mundial, basado en reglas comunes, se ve desafiado no por los sospechosos habituales, sino, de manera sorprendente, por su principal arquitecto y garante: Estados Unidos', dijo Tusk, invitado a la reunión del G7.

Y añadió que la determinación de Trump de acosar a sus aliados con cuestiones comerciales y diplomáticas 'solo funciona en las manos de quienes buscan un nuevo orden pos-Occidental en donde no existen ni la democracia ni las libertades fundamentales'.