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Un monje japonés emprendió acciones judiciales contra los responsables de su antiguo templo, a los que acusa de hacerlo trabajar tan duro que cayó en una depresión.

El cuadragenario reclama 8,6 millones de yenes en daños y perjuicios (unos 65.000 euros, 76.000 dólares) a sus antiguos jefes en el complejo sagrado del monte Koya, al sur de Osaka (oeste).

Este lugar de peregrinación budista, clasificado en el patrimonio mundial de la Unesco, alberga más de cien templos.

El monje, admitido en 2008, empezó a sufrir depresiones en diciembre de 2015, explicó su abogado el jueves a la AFP.

Asegura que lo obligaron a hacer tareas que sobrepasaban sus deberes espirituales y a trabajar a veces más de dos meses seguidos sin ningún día de descanso. Esos días, podía trabajar hasta 17 horas sin pausa para ocuparse de los numerosos turistas, afirmó el abogado.

Su cliente quiere mantenerse en el anonimato, explicó, para no comprometer sus posibilidades de encontrar otro trabajo en la pequeña comunidad de monjes budistas.

En 2017, un célebre templo de Kioto, Higashi Honganji, tuvo que pedir disculpas públicamente por las horas extras no pagadas y por acoso laboral, pero este tipo de casos es inhabitual en el sector religioso.

El agotamiento laboral, sin embargo, es un problema muy extendido en Japón, que puede conllevar la muerte (crisis cardiaca, accidente cerebrovascular, suicidio), un fenómeno que incluso tiene un nombre: 'karoshi'.