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El consejo encargado de asistir al gobierno de Donald Trump en asuntos relacionados con la preservación de la vida salvaje se reunió por primera vez este viernes en Washington. Sus miembros son cazadores profesionales.

Pero ya antes de la creación del Wildlife Conservation Council (WCC), el departamento del Interior había encolerizado a las asociaciones de defensa de los animales cuando otro de sus organismos reautorizó a los cazadores estadounidenses a importar sus trofeos de elefantes muertos en Zimbabue y Zambia.

Esas prohibiciones, impuestas bajo la presidencia de Barack Obama, habían sido rechazadas por las asociaciones de caza.

El nuevo consejo, creado por el secretario de Interior, Ryan Zinke, él mismo un cazador, es dirigido por Steven Chancellor, magnate del carbón.

La mansión de este importante donante del Partido Republicano, ubicada en Indiana (norte), es célebre por sus centenares de animales disecados: leones, osos, leopardos, antílopes...

También tienen un puesto en el consejo Paul Babaz, presidente del Safari Club International; John Jackson, antiguo presidente de ese grupo procacería; y otros conocidos guías de caza.

Una de las cuatro mujeres que participan en el organismo, Olivia Opre, tiene su propio programa de telerrealidad titulado 'Cazadora del extremo'. Otra, Denise Welker, fue recientemente nombrada 'Cazadora del año 2018' en el Safari Club de Houston.

La inclinación del gobierno de Trump a favor de la cacería coincide con la afición de sus dos hijos adultos Eric Trump y Donald Trump Jr, ambos cazadores.

Pero el consejo carece totalmente de representantes de los grupos de conservación que no son cazadores.

Incluye sin embargo, a defensores del derecho constitucional al porte de armas, con dos exlobistas de la poderosa Asociación Nacional del Rifle entre sus filas.