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El departamento de Justicia estadounidense revirtió el jueves la política oficial que toleraba el creciente movimiento de los estados hacia la legalización de la venta de marihuana, tres días después de que California autorizara formalmente el uso recreativo de la droga.

Anunciando el 'retorno al imperio de la ley', el fiscal general Jeff Sessions rescindió cinco importantes directivas emitidas por la administración del expresidente Barack Obama, que desalentaban el cumplimiento de la ley federal, que aun clasifica a la marihuana como una peligroso narcótico, igual que la heroína.

Esto significó un cambio de la postura sentada por el presidente Donald Trump en su campaña electoral, a favor de las leyes estatales sobre la marihuana, y estableció un potencial choque con los seis estados que ya han avanzado para legalizar las ventas de la droga.

Colorado, Washington, Oregon, Nevada, Alaska y California han legalizado su comercialización y uso recreativo, mientras que Massachusetts planea hacerlo este año y Maine lo está debatiendo.

'Es la misión del Departamento de Justicia hacer cumplir las leyes de Estados Unidos, y las directivas previas socavan la vigencia de la ley y la capacidad de nuestras autoridades locales, estatales, tribales y federales para llevar a cabo esta misión', señaló Sessions en un comunicado.

Si bien no ordenó una nueva ofensiva contra la venta o el uso de marihuana, dijo a los fiscales federales que pueden actuar como lo crean conveniente en sus distritos y los exhortó a 'utilizar los principios procesales establecidos previamente, que proporcionan todas las herramientas necesarias para desarticular las organizaciones delictivas, hacer frente a la creciente crisis de las drogas y frustrar los delitos violentos en todo el país'.

'Esto es 2018, no el siglo XX'

La movida fue vista como una señal de que el gobierno resistirá más legalización y despenalización del cannabis, si es que no intenta revertir la tendencia.

La organización a favor de la legalización Marijuana Policy Project dijo que el cambio alentará el tráfico de drogas ilegales y dañará a quienes usan marihuana de forma medicinal, legalizada en 29 estados.

'Realmente necesitamos que el Congreso tome medidas para que Sessions ya no tenga autoridad para decidir si el gobierno federal debe o no interferir en las leyes de marihuana a nivel estatal', dijo Matt Schweich, director ejecutivo del movimiento.

Políticos y funcionarios de varios estados criticaron la medida, en su mayoría indicando que continuarán respaldando las ventas de marihuana recreativa.

'En California, decidimos que era mejor regular, no criminalizar, el cannabis ... Después de todo, esto es 2018, no el siglo XX', dijo el fiscal general del estado de California, Xavier Becerra.

El fiscal federal de Colorado, Bob Troyer, dejó en claro que no habrá cambios en su postura a nivel local, alegando que su oficina 'ya' ha estado aplicando los principios mencionados por Sessions.

El senador de Oregon Ron Wyden acusó a Sessions de llevar a cabo una 'cruzada extremista contra la marihuana', mientras que la senadora de Nevada Catherine Cortez Masto dijo que el fiscal general estaba 'creando una confusión innecesaria'.

Cambio de Trump

Sessions, que ha convertido a la lucha contra el narcotráfico en una política clave del Departamento de Justicia desde que asumió el cargo hace un año, se ha opuesto abiertamente a la liberalización de las leyes sobre la marihuana.

Durante la campaña electoral de 2016, Trump adoptó una posición más tolerante, asegurando varias veces que dejaría el tema en manos de las autoridades locales.

'No interferiría con eso. Creo que es algo que realmente depende mucho del área local', dijo a WBZ NewsRadio de Boston.

Pero desde que asumió la presidencia, se ha ocupado del tema, apoyando las políticas de Sessions.

En tanto, el anuncio de Sessions hizo que las acciones de las compañías estadounidenses involucradas en el comercio legal de marihuana cayeran en picada entre un 13% y un 31%. Las empresas de marihuana canadienses también fueron golpeadas, aunque las pérdidas fueron en su mayoría inferiores al 10%.