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Cuba conmemora discretamente el sábado el aniversario de la muerte de Fidel Castro, enfocada en un proceso electoral que implicará un cambio presidencial, en una coyuntura de retroceso económico, hostilidad de Estados Unidos, y estancamiento en sus reformas.

La voluntad del líder de la revolución cubana, hecha ley por el Parlamento, se ha cumplido: ninguna calle, plaza o edificio, lleva su nombre ni existen estatuas o monumentos suyos en Cuba, pero Fidel Castro (1926-2016) es recordado constantemente en los medios y en la realidad de la isla.

En La Habana y Santiago de Cuba, la ciudad del oriente de la isla donde están sepultadas las cenizas del 'Comandante en Jefe', están previstas actividades, culturales y políticas, sin alterar la cotidianidad.

Carteles de ‘Fidel entre nosotros’ y ‘Yo soy Fidel’ abundan en las calles de La Habana y en avisos televisivos, en la víspera del aniversario de su muerte a los 90 años.

Jóvenes cubanos harán la noche del sábado una vigilia en la histórica escalinata de la Universidad de La Habana, mientras se espera que el presidente Raúl Castro se traslade a Santiago de Cuba.

Gladys García, de 63 años, directora de una escuela primaria, dijo: