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La Iglesia católica italiana se negó a celebrar un funeral público para uno de los más temidos y sanguinarios capos de la mafia siciliana, Toto Riina, fallecido este viernes a los 87 años.

'Está excluido que se celebre un funeral público', declaró el portavoz de la Conferencia Episcopal Italiana, monseñor Ivan Maffeis.

La decisión está inspirada en una directiva del papa Francisco, quien excolmulgó en junio de 2014 a todos los miembros de la 'Ndrangheta, la poderosa mafia calabresa, durante una visita a esa región del sur de Italia.

'Si la familia lo desea un religioso los puede acompañar, porque ello no se le niega a nadie', precisó Maffeis.

Para el obispo, un funeral público generaría 'confusión' entre los católicos, precisó.

El Vaticano está estudiando desde junio una medida para excomulgar a todos los mafiosos y corruptos, cualquiera que sea su país de origen.

Por el momento, los mafiosos no son excomulgados latae sententiae, es decir, automáticamente, por las ofensas cometidas. Aunque no pueden acceder a los sacramentos debido a 'su estado y condición de vida', según la doctrina.

Las relaciones entre la Iglesia y el crimen organizado han sido a menudo ambiguas: patronazgo de procesiones por mafiosos, vínculos o intentos de influir sobre algunos prelados, malversación de recursos de instituciones y obras caritativas, compra en el pasado de bienes inmuebles del Vaticano...

Obispos locales también habían excomulgado a mafiosos sicilianos o de Campania -la región de Nápoles-, pero la Iglesia sigue sin tener un documento jurídico de valor universal.

El problema se presenta también con los narcos colombianos y mexicanos para los cuales se necesita un 'decreto penal', un acto jurídico formal, a escala nacional y mundial, según pidió recientemente Michele Pennisi, arzobispo de Monreale, en Sicilia.