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El líder conservador Sebastian Kurz, de 31 años, ganó este domingo las elecciones legislativas austriacas, según las primeras proyecciones, logrando un probable regreso de la derecha a la cancillería, aunque para ello tenga que aliarse con la extrema derecha.

A la espera de que se publiquen los resultados definitivos el lunes, Kurz, que provocó estas elecciones anticipadas poniendo fin a una década de coalición con los socialdemócratas (SPÖ) del canciller Christian Kern, parece haber ganado su apuesta.

Su partido demócrata cristiano (ÖVP) obtuvo el 31,7% de los votos, por delante del SPÖ de Kern (26,9%) y del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ, 26%), según las proyecciones de la televisión pública ORF.

Aunque Kurz no ha descartado ninguna opción, una coalición con el partido de extrema derecha parece la alternativa más probable.

En 2000, la entrada del FPÖ en el gobierno, en coalición con el canciller conservador Wolfgang Schüssel, provocó consternación en Europa y la adopción de sanciones de la UE contra Viena.

Pero en el actual contexto de ascenso de los partidos populistas y antiinmigración en varios países europeos, parece poco probable que se repita esa reacción, a pesar de las consecuencias que podría tener una alianza entre Kurz y Strache.

El FPÖ, que defiende un acercamiento al grupo Visegrado -Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia-, que mantiene desacuerdos con Bruselas en diversas cuestiones, podría modificar la postura eurófila de Austria.

- Firmeza en la política migratoria -

En una Austria próspera pero preocupada por la crisis migratoria, Kurz ha sabido movilizar al electorado conservador con una imagen de modernidad, un discurso muy firme sobre la inmigración y promesas de recortes fiscales.

En otoño de 2015, el actual ministro de Relaciones Exteriores fue uno de los primeros responsables europeos en criticar la política de acogida de la canciller alemana Angela Merkel, y se jacta de haber logrado el cierre de la llamada ruta de los Balcanes.

Desde entonces ha ido endureciendo su tono, reclamando incluso una reducción de las ayudas sociales para los extranjeros, una medida que llevó al FPÖ a acusarlo de 'plagiar' su programa.

Si Kurz logra formar una coalición, se convertirá en el dirigente más joven de Europa, por delante del primer ministro irlandés Leo Varadkar (38 años) y el presidente francés Emmanuel Macron (39 años).

- Gobierno 'negro y azul' -

Kurz, apodado el 'Wunderwuzzi' (niño prodigio), causó sensación al tomar en mayo las riendas de un alicaído partido conservador y al provocar las elecciones anticipadas.

Convertido desde el principio en el favorito de los comicios, el joven político no cometió ningún error durante su campaña.

En las presidenciales del año pasado, los socialdemócratas y el ÖVP habían caído en la primera vuelta, un hecho inédito, y el candidato de extrema derecha, Norbert Hofer, había perdido por poco ante el ecologista liberal Alexander Van der Bellen en la segunda vuelta.

El líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache, que obtuvo este domingo un resultado histórico similar al que logró su mentor Jörg Haider en 1999, ya ha indicado que exigirá varios ministerios para su partido si integra una coalición de gobierno, entre ellos los del Interior y Relaciones Exteriores.

'La sociedad está ahora más a la derecha, la cuestión de los refugiados ha cambiado muchas cosas', dijo este domingo Elisabeth Untermayer, una electora del SPÖ de 68 años, que había manifestado contra el gobierno entre conservadores y ultraderechistas, el llamado ejecutivo 'azul y negro', en el año 2000.

'El FPÖ como socio de gobierno no causaría una buena impresión en Europa y Kurz lo sabe', comentaba este domingo el diario conservador Standard. 'Pero la única pregunta es saber si habrá forma de no contar con él tras las elecciones', añadía.