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La nueva fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, advirtió el lunes que nadie está por encima de la ley, pero abogó por apaciguar la guerra de poderes desatada en el país por denuncias de corrupción que alcanzaron al propio presidente Michel Temer.

'La armonía entre los poderes es un requisito para la estabilidad de la nación', declaró Dodge, de 56 años, en su discurso inaugural en la sede del Ministerio Público Federal (MPF) en Brasilia.

La jurista también levantó la bandera de la lucha contra la corrupción como una prioridad para su gestión de dos años: 'Nadie está por encima o por debajo de la ley', declaró. Brasil, sentenció, ya 'no tolera la corrupción y no solo espera, sino también exige resultados'.

Dodge, que cursó estudios en Brasilia y los completó en Harvard, es la primera mujer en ejercer como procuradora general. Funcionaria del MPF desde 1987, llega al cargo en pleno recrudecimiento de la crisis causada por una saga de escándalos que entrelazan al primer nivel del Estado con las mayores empresas del país.

Sus primeros pasos serán observados con atención por propios y ajenos, mientras la corte suprema decide si transmite a la Cámara de Diputados el último pedido de denuncia contra Temer.

Dodge buscó una fórmula que sirva de orientación, entre tantas presiones.

'El país pasa por un momento de depuración. Los órganos del sistema de administración de justicia tienen en el respeto y la armonía entre las instituciones la piedra angular que equilibra la relación necesaria para hacer justicia)', afirmó, en un pasaje elogiado por Temer, que presenció el acto.

Dodge evitó mencionar a la ‘Operación Lava Jato’, la investigación que desvendó la financiación ilegal de la política mediante desvíos de dinero público y sobornos.