El sorprendente colapso de las reformas al sistema de salud impulsadas por Donald Trump fue debido en gran parte a la resistencia de dos mujeres republicanas, quienes soportaron la presión que recibieron desde todos lados para que siguieran la línea del partido.
Mientras que la rebelión de John McCain ocupó los titulares, los votos de dos mujeres menos conocidas como Susan Collins y Lisa Murkowski fueron decisivos a la hora de frustrar el deseo de Trump de derogar el Obamacare.
Durante la campaña presidencial contra Hillary Clinton, Trump enfrentó críticas sobre sus conductas y comentarios hacia las mujeres.
Y luego del debate del viernes sobre la reforma al sistema sanitario, los críticos volvieron a cuestionar los intentos de Trump de intimidar a Collins y a Murkowski, bien a través de terceros o por su púlpito de Twitter.
Mientras que varios de los republicanos que expresaron objeciones sobre la ley que debía sustituir al Obamacare finalmente se plegaron a las exigencias de Trump, Collins y Murkowski se mantuvieron firmes.
El gesto tembloroso de McCain, ese pulgar hacia abajo estropeando en el último minuto el intento de derogar el Obamacare, no habría sido posible sin la persistencia de estas senadoras de Maine y Alaska.
Ambas han enfrentado agresivos llamados de atención de Trump, tácticas intimidatorias por parte de su gabinete e incluso amenazas de violencia de un congresista republicano, Blake Farenthold, quien llegó a afirmar que retaría a 'algunas senadoras' a duelo si fueran hombres, pues estaban bloqueando la reforma al sistema de salud.
Las crecientes presiones sobre Collins y Murkowski sirvieron para recordar varias de las controversias que surgieron en la campaña de Trump.
El hoy presidente atacó a una reportera que moderó el primer debate entre los candidatos a la presidencia, afirmó que Hillary Clinton era una 'facilitadora' por permitir las infidelidades de su esposo, utilizó lenguaje ordinario en eventos de campaña y, por supuesto, es recordada aquella grabación en donde se jactaba de acosar a las mujeres.
Ahora en el poder, no puede esquivar el hecho de que fueron las mujeres quienes bloquearon su iniciativa legislativa.
Entre los 52 senadores republicanos, cinco son mujeres. Collins y Murkowski han sido quienes se han opuesto con mayor consistencia a los planes que se han presentado para sustituir al Obamacare.
Ellas también votaron contra quien había propuesto Trump para el puesto de secretaria de educación, argumentando que no estaba calificada para el puesto.
Y cuando Trump realizó groseros y denigrantes comentarios sobre una presentadora de noticias de MSNBC en junio, Murkowski, de 60 años, y Collins, de 64, lo criticaron públicamente.
'¡Ya basta!', escribió Murkowski en Twitter. Collins hizo un comentario en el mismo sentido.
En cuanto a la reforma de salud, ambas argumentaron que varios de los planes propuestos impactarían negativamente sobre millones de familias estadounidenses.
También se opusieron a las primeras propuestas del Senado, alegando que hubieran dejado a millones de estadounidenses sin seguro de salud.
'Mantenerse firmes'
La oposición de Collins data de 2015, cuando fue la única senadora republicana que votó contra una reforma para derogar parcialmente el Obamacare.
Ella y Murkowski fueron las únicas del partido Republicano que se opusieron esta semana a una petición de proceder al debate sobre la propuesta de reforma sanitaria, lo que les valió un furioso tuit de Donald Trump.
Murkowski 'de verdad decepcionó a los republicanos y a nuestro país ayer. ¡Muy mal!', escribió el mandatario.
La intimidación creció de manera dramática cuando el Secretario del Interior Ryan Zinke llamó a Murkowski, según se relató, para advertirle que la administración estaba preparada para retirar su apoyo a perforaciones petroleras en Alaska y algunas otras prioridades.
Pero amenazó a la legisladora equivocada. Murkowski dirige el comité de Energía y Recursos Naturales del Senado, e inmediatamente postergó algunas nominaciones de la administración Trump para la consideración de este comité.
Tampoco es ninguna pusilánime. Durante la campaña de reelección en 2010 perdió las primarias contra una aspirante que era apoyada por el Tea Party. Resuelta, montó una campaña para que se votara por ella escribiendo su nombre (pues no aparecía en la boleta) y retuvo su puesto.
Las apasionadas posiciones de Murkowski y Collins contra su propio partido hicieron que se ganaran el respeto de los senadores del otro lado.
'Gracias por mantenerse firmes', escribió en un tuit el senador demócrata Michael Bennet.
Otra senadora demócrata, Mazie Hirono, declaró a CNN que hacía poco había hablado con Murkowski, quien le dio un consejo para tratar a aquellas personas que te hacen bullying: 'Contraataca'.