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Luego de la intervención militar de Estados Unidos en Irak en 2003, que culminó con el régimen autoritario de Saddam Hussein, este país, ubicado en Medio Oriente, quedó sumergido en una grave crisis institucional y económica. La falta de oportunidades laborales, la destrucción de amplias zonas del país y un vacío de poder evidente, sin una cabeza visible y sólida al frente del gobierno, fueron el escenario perfecto para que emergieran grupos armados al margen de la ley.

Uno de estos grupos, que se creó como una vertiente aún más radical de AlQaeda en 2005, es el que hoy se conoce como el Estado Islámico de Siria y el Levante.

Este grupo terrorista comenzó su actividad en Irak en 2012, apoderándose de grandes áreas del país y, dando su golpe más devastador al gobierno iraquí al expulsar a las fuerzas militares y gubernamentales de la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, en junio de 2014.

Esta ciudad, ubicada en el norte del país, es de gran valor para el gobierno iraquí, puesto que por su ubicación geográfica es uno de sus mayores centros económicos. Además, en ella convergían musulmanes chiíes y suníes con minorías cristianas y yazidis pacíficamente, hasta 2003. Fue, precisamente, en esta ciudad que el líder de este grupo terrorista, Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamó el califato Islámico en 2014, el cual se extendía hasta gran parte del territorio sirio.

Durante los últimos dos años y medio de ocupación de Mosul, el Estado Islámico se ha caracterizado por la imposición de una versión radical de la ley islámica, conocida como Sharia. Esto ha ocasionado que las profundas diferencias entre musulmanes chiíes y suníes se hayan exacerbado.

De otro lado, se comenzó una persecución indiscriminada a las minorías cristianas y yazidis, las cuales han sido prácticamente exterminadas en Mosul por medio de decapitaciones, crucifixiones y asesinatos en masa o selectivos.

Ante esta situación, y con la intención de recuperar las extensas zonas del país bajo el control del Estado Islámico, el gobierno iraquí y sus fuerzas de seguridad decidieron, en 2016, lanzar una ofensiva militar que expulsara al grupo terrorista de Mosul.