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El Gobierno de EEUU restauró ayer miles de visados para ciudadanos de siete países de mayoría musulmana después de que un juez suspendiera el polémico veto migratorio impuesto por el presidente Donald Trump, pero el magnate prometió pelear en los tribunales para restaurar esa medida 'legal y apropiada'.

Mientras las aerolíneas aceptaban de nuevo a los ciudadanos cuya entrada en EEUU había estado prohibida desde el pasado 27 de enero, Trump reaccionaba con indignación a la decisión de un juez federal que el viernes bloqueó su orden ejecutiva y abrió de nuevo las puertas del país a millones de inmigrantes y refugiados.

'La opinión de este supuesto juez, que esencialmente arrebata a nuestro país la capacidad de aplicar la ley, es ridícula y será anulada', dijo Trump en un mensaje en la red social Twitter.

El Departamento de Justicia estadounidense tiene previsto 'presentar lo antes posible una petición de urgencia para que se suspenda la orden' judicial que paralizó el veto migratorio de Trump, según aseguró el Gobierno estadounidense, Gillian Christensen.

La orden de Trump suspendía durante 120 días el programa de acogida de refugiados de EEUU y detenía durante 90 días la emisión de visados para ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen.

La decisión emitida este viernes por el juez federal James Robart en un tribunal de Seattle (estado de Washington), bloqueó la orden con efecto inmediato sobre todo el país, lo que ha obligado al Gobierno a cambiar sus protocolos.

Según el propio Departamento de Estado se habían dejado sin documento migratorio a casi 60.000 personas.

El ‘freno’ al veto augura una larga batalla en las cortes que probablemente llegará hasta el Tribunal Supremo, dado que el fallo solo rige hasta que el juez Robart tome una decisión definitiva sobre la legalidad de la orden presidencial o hasta que una instancia judicial superior decida levantarla. 

Por otro lado, decenas de personas, en su mayoría provenientes de Siria, manifestaron ayer contra el decreto antinmigración en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, California (EEUU).Esta protesta se suma a otras similares organizadas en New York, Washington y Miami, y en Europa protestaron en París, Londres y Berlín.

Portada sangrienta

La revista alemana Der Spiegel recibió ayer fuertes críticas de otros medios por la portada de su nuevo número, en la que aparece Trump con la cabeza decapitada de la estatua de la libertad en una mano y un machete ensangrentado en la otra.

El semanario, considerado uno de los medios más influyentes del país, incluye además un editorial en el que se acusa al presidente de 'intentar un golpe de Estado desde arriba' y de tratar de 'establecer un democracia no liberal' en EEUU.

Para Die Welt la portada 'daña al periodismo' y 'confirma los prejuicios de mucha gente' de que 'medios mayoritarios' no son neutrales. La portada fue diseñada por un cubano que llegó a EEUU en 1980, y que explicó en declaraciones al diario The Washington Post que trataba de indicar que Trump, y el EI, 'son extremistas'.