El candidato oficialista Daniel Scioli llamó ayer a los indecisos e independientes a sumarse a su proyecto político en un reconocimiento tácito de que no ganó la Presidencia de Argentina en primera vuelta.
'Convoco a los indecisos y a los independientes para esta agenda del gran futuro del desarrollo argentino', afirmó Scioli ante sus seguidores, que se congregaron en el estadio Luna Park de Buenos Aires.
En un discurso que sonó más al de un candidato en campaña que al de un ganador, Scioli dio a entender que se enfrentará con el conservador Mauricio Macri en un balotaje el 22 de noviembre.
Scioli era el más votado en las elecciones presidenciales, según encuestas de boca de urna divulgadas por los principales canales de televisión locales.
En segundo lugar se ubica Macri, del frente Cambiemos, cuyos referentes dieron por descontado que habrá una segunda vuelta por primera vez en la historia argentina.
'Seguimos ratificando a medida que entran las mesas testigo que en Argentina hay balotaje' dijo en conferencia de prensa Marcos Peña, secretario de Gobierno de la Alcaldía de Buenos Aires.
Para ganar en primera ronda un candidato debe obtener al menos 45% de los votos o por los menos 40% y una ventaja de 10 puntos o más sobre su rival más cercano.
'Con mucha responsabilidad les pido que nos sigan acompañando y a quienes antes eligieron otra propuesta los convoco porque llegó el día que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino', afirmó Scioli.
Según el peronista, en las elecciones están en juego 'dos visiones muy diferentes, del presente y del futuro de Argentina' y su espacio representa a los que tienen como prioridad a los humildes.
'Vamos al balotaje... ya son datos de mesa (electoral) los que tenemos, no de encuestas', dijo por su parte Horacio Rodríguez Larreta, alcalde electo de Buenos Aires y mano derecha de Macri.
El ministro de Justicia, Julio Alak, señaló que la votación transcurrió en 'absoluta normalidad y en paz' y que la participación fue de 79% del padrón electoral.
Unos 32 millones de argentinos estaban habilitados para elegir al sucesor de la presidenta Cristina Fernández, una controvertida líder que dominó la política nacional en la última década. Los argentinos deciden si dan vuelta la página y dejan atrás 12 años de kirchnerismo, el movimiento dentro del peronismo creado por Fernández y su antecesor y fallecido marido Néstor Kirchner (2003-2007), o apuestan por un continuismo diluido, con un candidato oficialista que promete cambios de forma más que de fondo.