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El G7 se reivindicó ayer como foro defensor de los principios de la libertad, la democracia y la integridad territorial frente a Rusia con una declaración trufada de compromisos para frenar el calentamiento global y en favor del desarrollo.

Los líderes de EEUU, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá concluyeron su cumbre anual en el palacio de Elmau (sur de Alemania) y, por segundo año consecutivo con Rusia fuera de este foro, condenaron la intervención de Moscú en Ucrania y se mostraron unidos en la política de sanciones.

'Estamos dispuestos a reforzar las sanciones si la situación así lo requiere', afirmó la canciller alemana, Angela Merkel, anfitriona de la cumbre, con el respaldo del presidente estadounidense, Barack Obama.

La duración de las sanciones estará vinculada al compromiso por parte de Moscú de los acuerdos de Minsk, ratificaron en la declaración final.

El texto, de 19 páginas, dedica amplio espacio a la lucha contra el cambio climático y a iniciativas de desarrollo y salud con ambiciosos objetivos, aunque sin concretar las consiguientes aportaciones financieras.

El presidente francés, François Hollande, calificó de 'fundamentales' los compromisos de los socios del G7 con aspiraciones 'realistas' para garantizar el éxito de la Cumbre del Clima que acogerá París en diciembre con el fin de buscar un sustituto global y vinculante para el Protocolo de Kioto a partir de 2020.