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El Mejor Saber Pro de Colombia de 2021 es un barranquillero de 22 años. Con 268 puntos, Alfred Anaya se convirtió en el merecedor de este reconocimiento a nivel nacional y el 24 de septiembre recibió su título de ingeniero mecánico en la Universidad del Norte, con Medalla de Oro al mejor estudiante de la promoción y Medalla al Mérito Académico.

Su esfuerzo y dedicación desde que era un niño le permitió llegar hasta donde está hoy día. Actualmente Alfred vive en Aix-en-Provence, una ciudad al sur Francia en la que terminó su maestría en Energías Renovables y recientemente firmó un contrato a término indefinido en la empresa de ingeniería Groupe ADF, en la que hizo sus prácticas.

Todo lo anterior es producto de su esfuerzo y un proyecto de vida que comenzó a planear desde que estaba en el Colegio. De niño se destacó por ir más allá de la información que presentaban sus profesores en las clases de física y matemáticas. Esa pasión por las ciencias básicas lo llevó a participar en olimpiadas matemáticas a nivel local y nacional representando al Colegio Colón, institución de la que se graduó como bachiller en 2015.

Como estudiante siempre tuvo clara su meta: obtener una beca que le permitiera a sus padres ahorrar el dinero de la universidad y así invertirla después en su más grande sueño: mudarse al extranjero. Y lo logró. Alfred obtuvo 483 puntos en las pruebas ICFES, siendo este el tercer mejor puntaje a nivel nacional y que le permitió ser uno de los beneficiarios de la Beca Andrés Bello, distinción que otorga el Gobierno a los mejores bachilleres de Colombia.

'La verdad fue una sorpresa mayúscula. Yo pensaba que por fruto de mi trabajo tenía que sacar un buen puntaje, pero cuando vi 483 fue una locura. Mis papás y mi abuela lloraron. Todo fue completamente increíble, tuve la oportunidad de ir a la Casa de Nariño y conocer al Presidente. (…) Junto a otro chico éramos los únicos de la Costa y eso me llenó de orgullo'.

La pasión que despertaba en él resolver problemas a través de la ciencia fue lo que lo llevó a formarse como ingeniero mecánico. Y así, luego de comparar los planes académicos de las instituciones a nivel nacional, Alfred se decidió por la Universidad del Norte y allí comenzó su formación. Con su carrera en marcha, este joven barranquillero le apostó a algo más grande: obtener el intercambio académico en Europa en los últimos semestres y probar suerte allá.

Así las condiciones, Alfred se propuso mantener el promedio exigido para no perder la beca y reunir los requisitos necesarios para el intercambio. Por eso, además de ser aplicado, también se involucró en actividades extracurriculares en las que pudo desempeñarse como tutor académico, jugador de tenis y expositor en ponencias de física, entre otras más.