Juan Camilo Becerra, de 22 años, no conoce de limitaciones. Su edad, por ejemplo, no ha sido obstáculo para incursionar en el mundo del emprendimiento.
Relata que haber trabajado en importación de alimentos lo llevó a entender que 'la cadena que más se beneficiaba en el proceso eran los restaurantes', así que teniendo en cuenta esta premisa y el hecho de quedar sin empleo a causa de la pandemia, maquinó en su cabeza una marca de comida convencional que, a su vez, era diferente entre toda la oferta existente en Barranquilla.
Fue así como durante la cuarentena, en medio de un panorama en el que se vislumbraba la escasez de recursos, el aislamiento obligatorio y la poca posibilidad de abrir un punto físico, pensó en materializar una cocina oculta.
'Duramos seis meses para poder empezar. En octubre del año pasado pude conseguir la cocina, el local y la ayuda de mi socio Jesús Pereira. Abrimos al público el 4 de diciembre y duramos dos meses haciendo pruebas, ensayos, fotos y todo lo relacionado con la creación de la marca, que recibe el nombre de Cheesy (...) Nos decidimos por la comida rápida porque es lo que más se mueve en la ciudad. Además, si nos damos cuenta, la gran mayoría de las personas puede acceder a una hamburguesa o a un sándwich, a cualquier hora del día. También es una comida fácil y rápida de hacer, ideal para el negocio por delivery'.
Declara que hace dos semanas él, junto con Jesús Pereira, de 19 años, y Juan Felipe Monsalve, de 22 (otro socio que se ha sumado), hizo una nueva inversión al negocio para capitalizar y para expandirse. La apuesta es abrir una cocina múltiple que en la actualidad se encuentra en el proceso de creación. Será, como él lo indica, una propuesta que hará parte del mismo sector, pero mucho más económica de la que ya tienen.
Sus productos en el presente se comercializan a través de la aplicación Rappi. A su vez brindan servicio de domicilio con un sistema de WhatsApp automatizado que, al momento en que el cliente envía un mensaje, inmediatamente recibe un link al que deberá darle clic para que pueda recibir el menú. Con este —explica— el usuario podrá escoger su plato favorito y digitar sus datos. Finalmente se generará la facturación que recibirá el restaurante.
'Con esta estrategia la idea es que se produzcan ventas propias, así que estamos trabajando fuertemente en mercadeo para que la gente nos pida directamente a nosotros'.
El barranquillero, que es estudiante de Administración de Mercadeo en Ceipa Business School, dice que uno de los obstáculos que encontró al empezar fue el hecho de no contar con la ayuda de nadie. Fue así como, teniendo claro lo que quería, se dedicó por un tiempo a trabajar en un call center para ahorrar. También, luego de tener todo montado, contó con el apoyo financiero de un familiar. Uno de sus retos durante la creación de su negocio de comida durante la cuarentena fue ingeniárselas para brindar un servicio y una experiencia, a través de un domicilio.
Ante esto —señala— tuvo que replantearse la manera de que el producto fuera llamativo, creando un buen empaque, unas buenas fotografías y una excelente cuenta de Instagram.
Esta marca solo es el inicio de Juan Camilo. Su anhelo es llegar a ser empresario y no trabajar para nadie, sino para él mismo. Sueña con diversificarse en diferentes tipos de emprendimientos, eso sí, siempre relacionados con los alimentos.
Su propósito actual es que Cheesy sea reconocida y que 'a la gente le guste'. Luego, si la calamidad sanitaria cesa, su idea será crear un punto físico, que contenga innovación 6.0.
'Este sería tecnológico 100%. No habría meseros, los pedidos se harían a través de tabletas y tarjetas de membresía. Sería un emprendimiento con una experiencia más para el consumidor. También me gustaría franquiciarlo para que así la marca tenga presencia en todo el territorio nacional'.
Juan señala que la elección del nombre del emprendimiento tiene su génesis. Indica que obedece a que de pequeño le gustaba comer mucho queso. De hecho, hoy día no existe plato en su mesa que no incluya este derivado de la leche.
Su equipo está conformado, además de sus dos socios, por dos cocineros, tres mensajeros y su novia, quien se mantiene en la oficina recibiendo los pedidos.
Cheesy para él es un concepto innovador, 'de buena calidad', que cuenta con hamburguesas, sándwiches, entradas de mac and cheese y un perro caliente, todos rellenos de queso.
'Yo soy el encargado de crear los platos, ensayo las recetas con los cocineros durante una semana hasta que queda el plato final. Cada receta está inspirada en los viajes que hacía durante mi adolescencia. Hay preparaciones que tengo guardadas y que no he sacado porque mi idea es mantener una innovación constante'.