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La calificación de Colombia fue degradada por Fitch Ratings luego de que la agencia internacional alertara sobre un persistente déficit fiscal y sus efectos en la trayectoria de la deuda del Gobierno. La firma rebajó la calificación soberana de largo plazo en moneda extranjera a ‘BB’ desde ‘BB+’, con perspectiva estable.

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Fitch explicó que la decisión obedece a altos déficits fiscales persistentes que, a su juicio, harán que la deuda del Gobierno como proporción del PIB continúe aumentando en el mediano plazo y se aleje de la mediana de países comparables. La agencia también señaló desafíos adicionales por la falta de un ancla fiscal creíble, la rigidez del gasto y posibles restricciones políticas para adoptar medidas de recaudo, especialmente de cara a las elecciones de 2026.

En su comunicado, la agencia calificadora sostuvo que “las calificaciones de Colombia se sustentan en un historial de preservación de la estabilidad macroeconómica y financiera a través de diversos shocks, respaldado en parte por un banco central independiente”.

¿Qué implica?

En ese sentido, diferentes expertos consultados por EL HERALDO manifestaron que esto en resumen viene siendo una mala noticia para Colombia.

Paula Chaves, analista de mercados de HFM, sostuvo que la decisión se inscribe dentro de un proceso de deterioro fiscal que el mercado viene observando desde hace varios trimestres.

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Dentro de ello, explicó, más que un evento disruptivo, la rebaja funciona como una señal de advertencia sobre la trayectoria de las finanzas públicas y la capacidad del país para corregir sus desequilibrios en el corto y mediano plazo.

“En condiciones normales, una menor calificación suele implicar mayores costos de financiamiento, un aumento en la prima de riesgo y presiones sobre la tasa de cambio. Sin embargo, la reacción de los mercados ha sido limitada”, detalló la experta a este medio.

A renglón seguido, Chaves mencionó que “parte de esta moderación se explica porque otras agencias ya habían reflejado un perfil crediticio más ajustado, por lo que la decisión de Fitch no altera de forma sustancial la percepción agregada de riesgo soberano”.

La experta también sostuvo que el contexto internacional también ha contribuido a amortiguar el impacto, puesto que en las últimas semanas, los mercados emergentes y las materias primas han mostrado un desempeño sólido, apoyados por flujos globales que han favorecido este tipo de activos.

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“En ese entorno, los inversionistas han tendido a restar peso a las noticias propias de cada país, privilegiando factores globales por encima de consideraciones locales”, socializó.

Chaves expuso que la rebaja de Fitch no modifica de forma abrupta el panorama financiero de corto plazo, pero sí refuerza la necesidad de observar con atención la evolución fiscal del país.

“Mientras el entorno externo continúe siendo favorable, el impacto podría mantenerse acotado, aunque la sostenibilidad de esa situación dependerá de que se logren avances creíbles en el manejo de las finanzas públicas hacia adelante”, socializó.

Y añadió que los retos internos subyacen a la decisión de la calificadora: “La situación de caja del Gobierno se percibe frágil, con tensiones para atender compromisos recurrentes como pagos salariales y obligaciones con contratistas, en un contexto de recaudo tributario inferior a lo previsto”.

Por su parte, Renato Campos, analista de mercados de GH Trading, señaló que si bien esto no implica una crisis de forma inmediata, sí envía una señal negativa a los mercados en términos generales.

En ese sentido, dijo que hay que tener en cuenta que una nota de la agencia Fitch, Moody o la S&P que asignan los países se traduce en cuánto es seguro prestarle dinero a una economía o no.

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“Una alta calificación significa un país confiable, deuda barata, mientras que una baja calificación se traduce en un país más riesgoso y una deuda mucho más cara. Cuando Fitch baja la nota, está señalando o diciendo que Colombia hoy es un deudor más riesgoso que antes”, recalcó el experto en diálogo con esta casa editorial.

Inversión extranjera bajaría

Campos también indicó que, si lo llevamos a revisar la inversión extranjera, muchos fondos internacionales van a tener prohibido el invertir en países con baja calificación debido al riesgo que esto supone; en el mejor de los casos, se le exige una mayor rentabilidad para compensar el riesgo.

“Los resultados se traducen en menos dólares entrando al país, lo que podría significar entonces un encarecimiento de los dólares, revertirse la tendencia negativa que ha mostrado hoy en día el dólar con el peso colombiano y una mayor presión, como bien señalamos, en general para el tipo de cambio”, anotó.

El experto enfatizó: “Cuando se baja la nota crediticia, las empresas y los bancos colombianos también suelen ver afectadas sus calificaciones. Se encarecen los créditos hipotecarios, empresariales y de consumo; esto también brinda un menor margen político y fiscal”.

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En esa línea, añadió que el Gobierno queda más vigilado por los mercados, con menos espacio para gastar o llevar a cabo experimentos de toda índole y bajo presión para ajustes fiscales, reformas creíbles y señales de responsabilidad macroeconómica.

“Si bien esto no es una catástrofe inmediata, sí se debe ver como una advertencia, como el preámbulo de que las cosas se pueden llegar a complicar. Es como cuando el banco te baja la puntuación o el ranking; uno puede seguir funcionando, pero todo te termina saliendo mucho más caro”, mencionó.

Un escenario complejo

El exministro de Hacienda y actual rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, expuso que se va a requerir un equipo técnico del más alto nivel para corregir el rumbo, que incorpore caminos para crecer más, atraer inversión, generar confianza, revisar exenciones y evasión; además, que modifique la estructura tributaria para crecer y que avance en una estrategia audaz de desregulación.

“La destrucción económica es significativa y necesita una estrategia audaz y comprehensiva y un equipo técnico muy potente para solucionarla”, puntualizó el exministro de Hacienda.

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Las consideraciones de los gremios empresariales del país

El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, dijo que la rebaja de la calificación de la reconocida agencia Fitch Ratings a Colombia es el resultado de un “gobierno derrochón” que “echó al cesto de la basura” la regla fiscal y que sigue firmando contratos temporales a manos llenas para ganarse el favor de los electores.

“Una deuda pública en constante ascenso, un recaudo que crece muy poco ante la aún débil recuperación de la economía y unos gastos en burocracia disparados, todo esto sin el menor asomo de austeridad en el gasto público, explican la decisión de Fitch”, sostuvo el vocero de los comerciantes.

En ese sentido, agregó que esto se traducirá en una mayor cautela por parte de los inversionistas, un encarecimiento de la deuda externa y mayores grados de incertidumbre y desconfianza en la conducción de la política económica.

“Mientras tanto, el Gobierno echando voladores porque el desempleo no sube, mientras que anuncia un aumento desbordado del salario mínimo para el año entrante, medida que aparte de atizar la hoguera inflacionaria, elevará aún más el déficit fiscal”, expresó Cabal.

La presidenta de AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, sostuvo: “Esto exige respuestas técnicas, no discursivas: un plan fiscal con metas claras, medidas de ingresos y gasto, transparencia en la ejecución y señales firmes de estabilidad regulatoria. Recuperar confianza es hoy una prioridad económica; si no se actúa con urgencia, el costo lo pagaremos en menor inversión”.