El departamento del Atlántico registró el mayor retroceso del país en materia de pobreza energética. 162 mil personas adicionales ingresaron a esta condición elevando la incidencia en pobreza energética del 9,3% en 2023 al 14,8% en 2024, aumentando 5,5 puntos porcentuales.
Por lo anterior, el departamento cayó 4 puestos en el ranking ubicándose en la posición 13 de 33 territorios evaluados (32 departamentos + Bogotá).
En diálogo con EL HERALDO, el presidente de Promigas, Juan Manuel Rojas, manifestó que el deterioro se explica principalmente por desmejoras en la calidad del servicio de energía eléctrica, esto es frecuencia de las interrupciones del servicio de electricidad y la duración de cada corte.
“El departamento pasó de un 11,3 % de privaciones en este indicador a un 41,3 %, convirtiéndose en el principal factor detrás del incremento departamental de la pobreza energética”, señaló.
Recordó que el Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE) se compone de 4 dimensiones, donde la principal que tiene un peso ponderado del 40 % es “Acceso y calidad de la energía”. Esta dimensión mide 3 indicadores: acceso a energía eléctrica; calidad de energía eléctrica, y energético adecuado para cocinar.
“Esta caída se explica especialmente por las desmejoras del indicador en municipios como Malambo, Soledad, Ponedera y Manatí, donde aumentó principalmente la duración de las interrupciones del servicio en el último año”, dijo Rojas.
Añadió que si este indicador se hubiese mantenido en los niveles presentados en años anteriores, el porcentaje de personas en pobreza energética habría sido de solo 8,5% y no de 14,8% equivalente a 243 mil personas pobres energéticas, en lugar de las 425 mil registradas en 2024.
“En otras palabras, el retroceso en calidad anuló buena parte de los avances acumulados en acceso y equipamiento, llevando al Atlántico a los niveles de privación en calidad de la energía que presentan el resto de los departamentos del Caribe (45%)”, sostuvo el presidente de Promigas.
En cuanto a soluciones, Rojas manifestó que el Atlántico debe recuperar y ampliar la calidad de la energía eléctrica para retomar los niveles de pobreza energética de un dígito presentados en 2022 (9,6%) y 2023 (9,3%).
Explicó que también se deben implementar acciones en la dimensión de Aprender y Comunicarse, donde se evidencian privaciones en acceso a internet por encima del promedio nacional (41,1% del Atlántico VS 32,2% del Nacional), y privaciones en tenencia de Computadora o Tablet en un alto nivel ligeramente por encima del promedio nacional (62,3% del Atlántico VS 63,4% del Nacional).
Indicó que además se deben implementar estrategias diferenciadas por municipios, porque encontramos brechas de más de 80 puntos porcentajes.
“Por ejemplo, Barranquilla para el análisis municipal del año pasado registró una pobreza energética del 3,1%, mientras que municipios como Campo de la Cruz y Candelaria registraron una incidencia del 83,3% y 74,3% respectivamente. Mientras que en Campo de la Cruz y Candelaria se deben implementar estrategias para mejorar la calidad de la energía, los esfuerzos en Barranquilla deben focalizarse en facilitar el acceso y uso de Computadora o Tablet”, afirmó.





















