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Con utilidades por el piso, un polémico gobierno corporativo y su timonel, Ricardo Roa, envuelto en investigaciones de envergadura, Ecopetrol ha venido acelerando su inminente descalabro en el último año, lo que lleva a la pregunta de si es el momento de declararla en “cuidados intensivos”.

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Para colmo de males, la Dirección de Impuestos y Aduanas (Dian) le está exigiendo a la empresa el pago de $9,4 billones por concepto de IVA, una cifra que podría ascender hasta los astronómicos $22 billones.

Ante esto, la estatal se consolida como la “vaca lechera” que el Gobierno no para de “ordeñar”, y que podría entrar en un periodo “seco” de forma prolongada, sin esperanza de una rápida y total recuperación.

El primer trimestre

Justamente en el primer trimestre de este año, la utilidad neta de Ecopetrol fue de $3,1 billones, lo que significó una caída de 22,1 % si se compara con el mismo periodo del año anterior.

Esto quiere decir que la compañía perdió $800 mil millones en ganancias durante este último año.

De acuerdo con los analistas, estos son los peores resultados en los últimos nueve trimestres.

En contraste, según el presidente de la compañía, Ricardo Roa, Ecopetrol registró ingresos por $31,36 billones, lo que representa una leve alza de 0,2 % si se compara con el mismo periodo del año anterior.

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También reveló que el Ebitda llegó hasta los $13,3 billones, lo que representa una contracción de 6,9 % frente a igual periodo del 2024.

EL HERALDO

Falla en varias direcciones

Según el ex ministro de Hacienda y actual rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, la compañía está fallando en varios puntos, el primero es de carácter estratégico.

“Por decisión del gobierno, se le ha impedido firmar nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo, y se le ha impedido firmar contratos de exploración no convencional en Colombia y en el exterior. Ahí hay una decisión que estratégicamente es equivocada, porque le estás restando la posibilidad de desarrollo a la compañía en su esencia, en su razón de ser como organización. Es más o menos como si una compañía que produce pan, usted le impide producir pan y además le impide innovar en pan, es ahí el punto”, señaló a EL HERALDO el ex ministro.

En ese sentido, explicó que hay un segundo grupo de problemas en materia operativa, y tiene que ver con los excesos en costos y contrataciones que están generando sobrecostos operativos.

“Eso le está generando una carga adicional a la compañía sumado al manejo financiero”.

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Y agregó: “Son problemas de gobierno corporativo, que es la intervención del gobierno en decisiones de manera contraria a un buen manejo de gobierno o a buenos principios de gobierno corporativo. Eso es lo que ha llevado, entre otras, a que en esa decisión, por ejemplo, que se hizo sobre la exploración no convencional en los Estados Unidos, se diera una intervención de gobierno tácita o explícita que afectó finalmente a la compañía. Ese tipo de intervenciones son contrarias al gobierno. Dentro de ello entran los escándalos propios de quien ejerce la presidencia. Entonces es una combinación de factores. Y a esa combinación, ahora le van a agregar un problema financiero adicional. Y es que están con esa eventual decisión de la Dian, lo que generaría una restricción profunda de caja a la compañía, una reducción de casi el 50 % de la caja de la compañía, lo cual es una afectación significativa a la misma”.

Su deuda aumenta

Actualmente la deuda de Ecopetrol supera los USD25.000 millones, mientras que el valor de la empresa ronda los USD20.000 millones. Según Amat Zuluaga, magister en Petróleo y Gas de la Universidad de Salford, debe más que lo que vale. “Esto quiere decir que, si mañana se vendiera, seguiría el país endeudado. Lo triste es que esa deuda no se ha adquirido para crecer, sino para poder seguir operando mientras se reparten dividendos como si todo estuviera bien. Es una empresa que entrega dividendos a sus accionistas (siendo el mayor de ellos el propio Estado) y luego se endeuda para invertir y operar”, dijo Zuluaga.

Junta “no vela por intereses”

Un punto importante de la falla de Ecopetrol, según los expertos, es que la misma junta directiva “no vela por los intereses” de la compañía.

De acuerdo con el ex ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo, “aún no se ha entendido que la junta debe velar por los mejores intereses de la empresa”.

“Debe velar por los intereses de los 250 mil accionistas independientes que tiene, y no están allí como directores para decirle “sí” a todos los caprichos o consignas que reciban de la Casa de Nariño. El hecho de que sea justamente el Estado el que tenga la mayoría accionaria, no significa que los directores no tengan un deber fiduciario, primero con la compañía y luego con los accionistas en su conjunto, y que no son unos empleados subalternos de la Casa de Nariño. Buena parte de las decisiones que han tomado en sus políticas provienen de que simplemente le aceptan sin beneficio de inventario, todas las ordenes que les transmiten desde la Casa de Nariño, y eso complica mucho el quehacer de Ecopetrol”.

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En ese sentido, Juan Camilo Restrepo le expresó a este medio que no es solamente cuestión de buenas decisiones, sino que se vuelve necesario ejercer la independencia y hacerla respetar. “Esa es la tarea de cualquier director en una empresa, y mucho más, tratándose de la más importante que tiene Colombia y es Ecopetrol”.

El lío con la DIAN

Con el cobro que ha realizado la DIAN a Ecopetrol, que viene siendo prácticamente una reforma tributaria, se acentúan los problemas para la estatal petrolera colombiana.

Algunos ex ministros como el de Minas y Energía, Amylkar Acosta, han sido claros en decir que “al caído caerle”, ya que, según él, la entidad está “extralimitándose en sus funciones y competencias”.

“Y no lo decimos a humo de paja, pues con el primer trimestre de este año ya se ajustan nueve trimestres consecutivos en los cuales las utilidades de la empresa vienen en caída libre. Tanto más en cuanto que el precio del crudo se ha desplomado y en lo que va de este año el precio del crudo Brent ha caído el 24 %, con el agravante de que precios por debajo de los USD 60 obligan a Ecopetrol a cerrar campos en operación y con ello bajar su producción, afectando sus ingresos y utilidades por partida doble”.

Así las cosas, Amylkar Acosta enfatizó que lo que está en juego es la estabilidad de la empresa, la ejecución de su plan de inversiones para este año y el flujo de recursos, vía dividendos, para la Nación, comprometiendo seriamente su sostenibilidad fiscal para este año y el entrante.

Impacto del cobro

Sobre ese tema, Carolina Restrepo Cañavera, abogada de la Universidad Javeriana, explicó que cobrarle IVA a una empresa por importar bienes no es ilegal en sí mismo.

“El IVA a las importaciones está previsto en el Estatuto Tributario, y aplica para bienes gravados que ingresan al país. Sin embargo, lo que la DIAN está haciendo con Ecopetrol no es una simple aplicación de la norma tributaria: es un acto de reinterpretación retroactiva, con efectos confiscatorios y con consecuencias jurídicas profundas que pueden llegar a configurar una actuación ilegal”.

Señaló que el impacto financiero del cobro es tan alto que compromete seriamente la operatividad y las proyecciones de inversión de la empresa.

“Una exigencia fiscal de esta magnitud puede calificarse, en los términos establecidos por la Corte Constitucional, como una medida de carácter confiscatorio, lo cual es abiertamente inconstitucional. En conclusión, aunque en abstracto no sea ilegal cobrar IVA sobre importaciones, en este caso concreto el proceder de la DIAN contra Ecopetrol no solo es jurídicamente cuestionable, sino que puede rayar con la ilegalidad”.

Juan Camilo Restrepo señaló que “el Gobierno hace así caja, y cubre sorpresivamente sus decaídas finanzas, pero mientras tanto las de Ecopetrol quedan en una situación calamitosa”.

La realidad es que Ecopetrol tiene un presente complicado y un futuro incierto, y si sus resultados no mejoran y su gobierno corporativo sigue fallando, puede venir una época difícil para la empresa más importante del país.