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Existe un amplio y viejo debate sobre cuál es la mejor estrategia para ser una empresa innovadora. Están los que defienden los sistemas cerrados, en el que el motor innovador se soporta en las ventajas competitivas de la empresa, mientras que por otra parte están los que defienden los sistemas abiertos, en los que la innovación es el resultado de un constructo colectivo.

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Mientras unos y otros debaten sobre cuál sistema es mejor, en Vertical-i se centran en impulsar la innovación desde la potencialización de las capacidades de la cadena de valor, llegando a incrementar la generación de valor de las empresas de forma orgánica. De esta manera, en Vertical-i dejan de hablar y debatir, mientras se dedican a diseñar y actuar.

Para lograr ser una empresa innovadora se deben tener tres tipos de perfiles: uno estratégico que identifique los patrones de comportamiento de los usuarios y logre descubrir las oportunidades de innovación, también están los gestores, quienes se encargan de materializar las estrategias, mientras están en constante interacción entre la parte técnica, comercial y estratégica de la empresa.