El ecosistema de impacto está tomando cada vez más relevancia en el país, demostrando su capacidad para movilizar capital privado a escala, en aras de poder contribuir a la solución de los retos sociales y ambientales a nivel nacional.
Algunos hitos importantes que lo evidencian: más de 1.000 empresas que han adoptado la figura BIC (Sociedades de beneficio e interés colectivo), la creación del GSG-NAB Colombia para promover la inversión de impacto, entre otros.
De acuerdo con el último informe de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), (Inversión de Impacto en América Latina, tendencias 2018 - 2019), 16 inversionistas reportaron haber invertido en Colombia 67 millones de dólares en empresas en etapa de crecimiento en sectores como agricultura (58 %), servicios financieros (11 %) y microfinanzas (9 %), con expectativas de retorno financiero ajustadas al riesgo del mercado.
Sumado a lo anterior, Colombia ha sido pionera y referente en la región, en la implementación de esquemas de pago por resultados como los Bonos de Impacto Social. En el país se han lanzado tres: Empleando Futuro, Cali Progresa con Empleo y CREO.
'La inversión de impacto supone un cambio de paradigma en las decisiones de inversión, identificando oportunidades que encuentran un balance entre el impacto social y ambiental y el retorno financiero, contribuyendo a solucionar los desafíos sociales y ambientales a los que nos enfrentamos', dijo Juan Pacheco, gerente del GSG-NAB Colombia.
Así mismo el directivo agregó que, 'este modelo, representa la posibilidad de cerrar la brecha de financiación de los objetivos de desarrollo sostenible y la existente entre la oferta de capital privado y la demanda de inversión'.
Cabe destacar que a diciembre de 2020, en Colombia 54 fondos de capital privado de impacto han invertido cerca de USD153 millones (Colcapital).