La pandemia de la Covid-19 reveló las cicatrices de una informalidad aún más vulnerable que hace seis meses y para combatirla se requieren políticas integrales en todos los niveles. Así lo aseguró Juan José Echavarría, gerente general del Banco de la República, durante su participación en la Conferencia Economía de la Informalidad, que organizó la Universidad del Rosario.
'Hacer frente al desafío de la informalidad durante la recuperación de la crisis sanitaria requerirá políticas integrales que tengan en cuenta las condiciones específicas de territorio, sus poblaciones y sus condiciones de vida', anotó el gerente del Emisor, quien destacó que el presente del virus agrava su situación.
Según los datos del DANE, para el trimestre móvil junio–agosto de 2020, la proporción de la población ocupada informal en las 23 ciudades y áreas metropolitanas fue 47,2%.
Mariano Bosch, jefe (e) de la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, precisó que los gobiernos y las empresas 'deben buscar alternativas' para promover la formalidad.
Según Bosch, algunas de estas alternativas pueden ser disminuir los costos de entrada de los cotizantes y asegurar desde las empresas el cumplimiento de los derechos laborales.
'Si Colombia aumenta los incentivos de costos, tanto para empresas como para los trabajadores cotizantes, la formalidad iría en aumento', apuntó Bosch sobre el caso particular.
Por efectos de la pandemia se han perdido 26,59 millones de empleos en los once países de América Latina, según cálculos de la entidad multilateral.
Para José Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, la informalidad tiene graves problemas respecto al desafío de la Covid-19, ya que es fruto de lo que se conoce en América Latina como 'la paradoja del talento humano', en donde se supera la mano de obra, pero existe un déficit en talento.